En la primera semana de su presidencia Donald Trump emitió una orden ejecutiva que sacaba a los Estados Unidos del Acuerdo Trans Pacífico de libre comercio (TPP por sus siglas en inglés) que creaba la zona de libre comercio más grande del mundo e incluía a países como Japón, Corea del Sur y Australia. Esta semana China logró la firma de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP por sus siglas en inglés) creando la zona de libre comercio más grande del mundo e incluyendo a países como Japón, Corea del Sur y Australia.
El “America First” de Trump le ha propiciado la más vergonzosa derrota comercial a los Estados Unidos en su historia moderna. Aunque su impacto en términos comerciales no será tan significativo en el corto y mediano plazo, las implicaciones en términos de poder suave, relaciones diplomáticas y reglas internacionales de comercio son importantes.
La concepción del RCEP vino para contrarrestar el intento de Estados Unidos de establecer las normas y estándares regulatorios del comercio alrededor China a través del TPP que la nación americana negociaba con los principales socios comerciales y vecinos de China.
El error estratégico de Trump, al sacar a Estados Unidos del TPP, no fue desperdiciado por China que ahora se presenta como referente regional clave y promotor de la agenda de acercamiento comercial no sólo en Asia, sino en el resto del mundo.
Mientras la política comercial de los Estados Unidos en los últimos 4 años se concentró en lanzar aranceles a socios comerciales y celebrar modificaciones cosméticas a acuerdos ya existentes, China de forma agresiva extendió sus relaciones comerciales en Asia, África, Latinoamérica y Europa sin virtualmente ningún contrapeso de los Estados Unidos.
Es posible que Biden pueda revertir parte del daño causado, pero estará haciendo frente a un reto importante. Trump no era el único abanderado en sacar a los Estados Unidos del TPP durante el ciclo electoral del 2016, el pre-candidato presidencial de su partido y virtual vocero del ala progresista del Partido Demócrata, Bernie Sanders, también fue bastante vocal en su deseo de sacar a la nación americana del país, sin consideración a la estrategia diplomática que este suponía.
Eso sólo sirve para apilarse encima de una peligrosa realidad a la que tendrá que hacer frente Joe Biden una vez asuma el control en la Casa Blanca, y es que Estados Unidos hoy no parece un socio creíble ante el resto del mundo.
El TPP se empezó a negociar en el 2008 bajo la administración de Bush y ese proceso culminó bajo Obama; el esfuerzo de casi 8 años se esfumó por los impulsos mal informados de una sola persona en menos de 1 semana que esta asumiera la Presidencia.
Lo mismo se puede decir del Acuerdo de París, del acuerdo de control nuclear de Irán, la UNESCO, la Organización Mundial de la Salud, etc. El país que recibirá Biden al momento de llegar a la Casa Blanca como Presidente, va a ser muy diferente al que dejó cuando salió de allí siendo Vice-Presidente.
La credibilidad internacional de los Estados Unidos tanto comercial como diplomáticamente están por el suelo, y no es algo sobre lo que él tendrá mucho control, puesto que casi 74 millones de sus compatriotas votaron por 4 años más de eso después de todo. Esto solo beneficiará a China y Rusia.
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