Trump, Unscathed

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Trump, ileso

Muchas cosas se conjugan, pero el hecho claro es que habrá Trump para rato.

Confirmando la mayoría de los vaticinios, el expresidente de Estados Unidos Donald Trump fue absuelto el sábado pasado del segundo juicio político que el Congreso de su país adelantó en su contra. Los demócratas no lograron que se sumaran a su intención de castigar e inhabilitar al exmandatario suficientes senadores republicanos para alcanzar las dos terceras partes de la Cámara Alta. Solo siete votaron a favor de declarar culpable al antiguo inquilino de la Oficina Oval.

No sirvieron para estos efectos las juiciosas reconstrucciones que hicieron, minuto a minuto, los fiscales –representantes a la Cámara demócratas– de los hechos ocurridos el pasado 6 de enero, que motivaron la causa. Aunque quedó muy claro que lo ocurrido ese día fue muy grave, en buena medida coordinado y que estuvo muy cerca de producirse un baño de sangre –más allá de las cinco víctimas mortales–, a juicio de los senadores republicanos que votaron en contra de declarar culpable a Trump por incitación a la insurrección no fue suficientemente demostrado que quienes irrumpieron en el Capitolio lo hicieron en estricta obediencia a unas órdenes y un plan orquestado y dirigido por quien para ese día todavía era presidente del país del norte.

Tras conocer el resultado de la votación, muchos se preguntaron en qué medida la postura de los copartidarios de Trump obedeció a la valoración que hicieron de la evidencia y qué tanto a sus cálculos electorales. Muchos de los electores de estos senadores son también seguidores del magnate y estarían dispuestos a castigarlos en la siguiente cita en las urnas, azuzados por él.

Otro interrogante que deja este episodio es el del futuro del Partido Republicano. Una escisión que deje de un lado a los seguidores de Trump y del otro a quienes se identifican con las ideas del partido pero, como los siete senadores en cuestión, saben del peligro que encarna para la democracia comienza a asomar en el horizonte. Muchas cosas se conjugan, pero el hecho claro es que habrá Trump para rato.

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