Lopez Obrador and Biden, beyond the Good Will

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AMLO y Biden, después de la buena onda

Como suele suceder, como ha sucedido desde hace muchos años, la primera reunión entre presidentes de México y EU estuvo llena de buena onda, buenos deseos, elogios mutuos para los personajes y los países, y sobre todo el compromiso de que todo será buena voluntad.

Es más, en esas primeras reuniones se dicen cosas que en poco tiempo se volverán razones de discusiones y desacuerdos más allá de la buena onda de la primera reunión. Tal vez la mayor coincidencia de ambas administraciones sea el tema migratorio. Está claro que Biden quiere destruir la herencia trumpiana de xenofobia y medidas antimigrantes, que beneficia, entre otros, a millones de mexicanos.

El presidente López Obrador ha leído bien esta parte del nuevo gobierno vecino y anunció que cabildearía por la ampliación del programa de trabajo temporal para mexicanos —él le llama Nuevo Programa Bracero—, pero la verdad es que ha seguido existiendo y cada año se entregan más visas para estos trabajadores temporales, sobre todo en agricultura. También se anunció ayer un nuevo esfuerzo para que la Secretaría de Relaciones Exteriores y el Departamento de Estado se acerquen a los países de Centroamérica, la sociedad civil y el sector privado a través de políticas que promuevan el desarrollo económico equitativo y sostenible… eso que tantas veces se ha anunciado y poco ha funcionado. El diablo, como siempre, estará en los detalles.

Como más allá de la buena onda de ayer, estará en los detalles la bronca que viene en el párrafo que dice que “reafirmaron su compromiso compartido con el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (Usmca) como motor de la prosperidad y los derechos laborales de América del Norte en ambos países al generar oportunidades laborales y mejorar la protección de los trabajadores” (Esto con las armas del T-MEC); o cuando “reconocieron” los beneficios de combatir los contaminantes climáticos de corta duración (sí, el carbón), así como la necesidad de promover la eficiencia energética (así como no lo hace la nueva ley eléctrica).

Y tanto es un primer encuentro en buena onda que “seguridad” solo aparece una vez en la declaración conjunta. Pero tráfico de drogas y la criminalidad que lo acompaña será, como siempre, otro de los temas que tense la relación.

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