Lopez Obrador, Biden and Grillo’s Solutions

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La solución de AMLO, la de Biden, la de Grillo

El tráfico de armas de EU a México ha dado un poder inimaginable a las organizaciones delictivas criminales. El río de fierro, como le llama Ioan Grillo a este fenómeno en su joya de libro, Blood, Gun, Money: how America arms gangs and cartels, es una industria multimillonaria manchada de sangre y muerte que en EU los políticos no se han atrevido a regular como se debería.

El Presidente dijo ayer que espera que los esfuerzos de Biden de mayor regulación allá sean exitosos, y el secretario de la Defensa explicó que están haciendo un mayor esfuerzo en las aduanas del norte para detener el contrabando que por ahí pasa. Me temo que no será suficiente, y la lectura del libro de Grillo lo deja claro. Pero no nos confundamos, como está claro hace mucho tiempo el problema está en EU.

Biden ha anunciado un puñado de medidas administrativas en relación con las armas en EU: una para acabar con las armas “fantasma”, esas que se arman en casa comprando componentes a varios proveedores; otra que impida la reconversión de pistolas en rifles mediante un procedimiento bastante usado por muchos portadores y que les evita ciertos registros; y otra que permita a familiares alertar a autoridades que un pariente no debe adquirir armas.

Muy lejos de lo necesario. Respecto a cambiar leyes, lo más que hizo fue hacer un exhorto al Congreso, que, como sabemos, hace mucho no quiere meterse con el asunto por lo que les significa políticamente —y en su relación con donantes–.

Cuando salió su libro, Ioan Grillo escribió un artículo en The New York Times en el que después de estar reporteando cuatro años el asunto, recomendaba cuatro iniciativas legales que sin afectar la Segunda Enmienda constitucional serían fundamentales para empezar a controlar los millones de armas.

No hay, por ejemplo, una ley que prohíba específicamente el tráfico de armas en EU. Por eso, por ejemplo, la mayoría de los traficantes adquieren las armas en “ventas privadas” de la que no queda ningún registro. NO hay castigo serio tampoco para compradores “fantasma”, ciudadanos sin antecedentes que compran armas sin problema para traficantes. Y por supuesto, no hay siquiera un sistema de verificación universal, en ferias, ventas privadas, etcétera. Nada de esto, por lo pronto, está en la agenda del Congreso.

Mientras algo como esto no suceda, no hay cómo, el río seguirá fluyendo.

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