Por más que el Gobierno dominicano insista en que el país es seguro para los turistas, y me inscribo en esa opinión, la alerta de nivel 4 de Estados Unidos por la covid-19 afectará significativamente el turismo en República Dominicana.
La recomendación que hace el Departamento de Estado estadounidense a sus ciudadanos y que aparece en la página web de la embajada norteamericana en el país, es de no viajar a la República Dominicana debido a la covid-19.
Esto indica un nivel muy alto (alerta roja) de posible contagio de covid-19.
El cambio de la alerta 3 de EE.UU. que pedía reconsiderar viajar a República Dominicana, ocurrió el martes de la semana pasada, en un momento que las autoridades de salud dominicanas aseguraban que tenían dominada la pandemia.
A esta situación se une, que desde el 26 de enero, por disposición de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) requieren a todos los pasajeros aéreos que ingresen a los Estados Unidos (incluidos los ciudadanos estadounidenses y los residentes legales permanentes) presenten una prueba covid-19 negativa, tomada dentro de los tres días calendarios de la salida o prueba de recuperación del virus en los últimos 90 días.
Los CDC obligan a las aerolíneas a confirmar el resultado negativo de la prueba o la prueba de recuperación para todos los pasajeros de dos años o más antes del embarque. Los centros establecieron que las aerolíneas deben denegar el embarque de pasajeros que no presenten documentación de una prueba negativa o de recuperación.
A su regreso del viaje a España y Andorra, el presidente Luis Abinader declaró que la seguridad está garantizada para los turistas de EE.UU. Y sostuvo que ningún turista estará más seguro que en República Dominicana.
En julio del año pasado, el Gobierno, a través del Ministerio de Turismo inició un proceso de reactivación de las actividades turísticas, que es un renglón de la economía dominicana, por la generación de divisas y la creación de empleos.
La estrategia a ejecutar ahora no es sólo promover las bondades de nuestros destinos y la efectiva aplicación de los protocolos sanitarios, sino convencer a las autoridades sanitarias de EEUU, principalmente, a las de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, de que no hay peligros para los turistas estadounidenses por el control de la covid-19.
Además, de que el país avanza en el proceso de vacunación contra el virus y se inició la inoculación de los empleados del sector turismo.
El mayor flujo de turistas hacia República Dominicana procede de Estados Unidos y solo Punta Cana recibe más de tres millones de turistas estadounidenses.
El viajante norteamericano es muy disciplinado y atiende las recomendaciones que hace sus autoridades.
Ahora con esta pandemia, al menos que no sea un viaje esencial, los vacacionistas norteamericanos consultan la página del Departamento de Estado de EEUU, para indagar cómo va el coronavirus en el país de destino.
Aunque tengan muchos deseos de viajar, si ven que la situación es grave en el país de posible destino, pues cambian de decisión y hay países competidores que están a la espera.
Por ejemplo, aunque no tiene la plataforma habitacional, Puerto Rico está en lista. Por eso el Ministerio de Turismo debe ponerse ojo avizor.
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