Biden and His Problems

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Las mayores prioridades del Presidente se han visto empantanadas o de plano derrotadas en el Congreso; demócratas tienen pequeñas mayorías

Al iniciar su segundo año de gobierno, el presidente Joe Biden se ve asediado y en una espiral descendente que preocupa a los estadounidenses.

Las encuestas más recientes han sido brutales y tan bajas como 33% en una muestra de la empresa Quinnipiac.

Peor aún, hay una impresión de que prometió más de lo que podía cumplir y de hecho, la mitad de los encuestados, en un nuevo sondeo de CBS News publicado ayer, dijeron que estaban “frustrados” y “decepcionados” con la Presidencia de Biden, que tomó posesión el 20 de enero de 2021.

De los cuestionamientos políticos y legales a sus propuestas para defensa del voto o construcción de infraestructura y apoyo a programas de asistencia, a los mandatos del uso de mascarillas y vacunación contra el COVID-19, a su atribulado retiro de Afganistán y sus problemas para controlar la crisis migratoria en la frontera con México, las mayores prioridades de Biden se han visto empantanadas o de plano derrotadas en el Congreso –donde los demócratas tienen pequeñas mayorías– como en la Suprema Corte de Justicia.

La situación refleja tanto la enorme división política entre los estadounidenses, como los problemas de Biden, que parece estar en desacuerdo al mismo tiempo con los republicanos, los demócratas moderados y los demócratas liberales.

Más aún, tiene problemas con bloques de votantes de color, incluso afroestadounidenses y latinos.

La situación de Biden empeora porque en noviembre de este año habrá elecciones legislativas y se cree que el resultado más viable será que los demócratas pierdan su pequeña mayoría en la Cámara baja y tal vez incluso en el Senado.

Todo eso se traduce tanto en una sensación de debilidad política como en problemas para el Presidente y la que debiera ser su principal respaldo, la coalición demócrata.

Pero Biden no parece capaz de complacer a todos: el ala izquierda del partido está cada vez más irritada y los activistas negros, a su vez, por la percibida indiferencia del gobierno de Biden hacia la protección del derecho a voto.

En respuesta, Biden hizo un fuerte discurso la semana pasada para subrayar la importancia de los derechos del electorado, pero algunos moderados creen que pudo haber ido demasiado lejos en su retórica, al comparar directamente a los republicanos con los esclavistas que provocaron la Guerra de Secesión en 1861-65.

Para complicar más las cosas, los competidores y rivales de Estados Unidos en política internacional parecen empeñados en ver que tan lejos pueden ir para desafiarlo, sea en los amagos de la invasión rusa contra Ucrania o en los roces de todo tipo con la potencia china. Y si a todo esto se añaden problemas económicos, reflejados en la mayor inflación desde principios de 1980, el panorama para Biden no es agradable.

Y menos aún las comparaciones con Jimmy Carter (1976-1980), mucho más popular como expresidente que como gobernante.

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