Las armas, Biden y el trumpismo
Es sin duda una muy buena noticia que varios fiscales federales, y otro tanto estatales, se hayan unido para apoyar la demanda del gobierno de México en contra de fabricantes de armas estadunidenses.
Lo que a ojos de la industria de armas y políticos aliados podría haber sido visto como la aventura de un lobo solitario contra todo ese poder, hoy podría volver a poner el tema de las armas en la opinión pública.
Hay que tener claro que los amicus enviados por los fiscales son, por lo pronto, para que el juez no deseche la demanda y permita a las partes exponer sus argumentos en un juicio civil. El mayor obstáculo para que siga la demanda, según los productores, es la “Ley de Protección de las Ventas Legales de Armas”, aprobada por el Congreso federal en 2005 y que impide que productores y distribuidores de armas sean hechos responsables por lo que sucede con sus productos. La ley ha sido cuestionada desde entonces en varios tribunales con diferentes resultados, pero en lo esencial sigue vigente.
Ese es el lado técnico jurídico, pero que haya juicio más allá de su resultado le da un empuje político a la discusión en un año complicado y polarizado por las elecciones y el regreso de Trump a la arena pública; recordemos que el trumpismo ama las armas.
Desde hace años, algunos demócratas han propuesto una regulación que taparía un enorme hueco de la ley: la que permite los falsos compradores de armas o “compradores de paja” que utilizan la mayoría de los traficantes.
Los compradores de paja son, por lo general, personas sin antecedentes penales que compran armas para traficantes de drogas, delincuentes violentos u otras personas impedidas legalmente. Generalmente adquieren un número relativamente pequeño de armas de fuego en cada transacción, que ayuda a eludir la verificación de antecedentes y requisitos de la ley federal. Estos compradores son una fachada de los verdaderos traficantes y si son atrapados por las autoridades, pagan una multa ínfima. El otro enorme hueco es el que permite a supuestos “coleccionistas” no someterse a la identificación rigurosa de otros compradores. Se han propuesto sin éxito iniciativas para tapar ambos huecos.
La importancia del apoyo a México ayer es que, si se acepta la demanda, el asunto estará vivo en tiempos electorales y Biden y los demócratas tendrán, tal vez, que dejar la pusilánime actitud que en este asunto se les ha visto hace mucho tiempo.
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