‘Winning Time’ – The Rise of the Lakers’ Dynasty

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Tiempo de victoria: La dinastía de Los Lakers

¿Baloncesto para muy baloncesteros o Adam McKay para muy Adam McKay-eros?

Los que saben aseguran que la presencia de No mires arriba en las nominaciones de los próximos Oscar se debe a que medio Hollywood está deseando trabajar con/para Adam McKay, director de la película que arrasó en Netflix las pasadas navidades. No mires arriba opta a los Oscar de mejor película, mejor guión original, mejor música y mejor montaje. Los dos primeros se explican con el argumento ya expuesto; música y montaje se sostienen solos, sobre todo el último. No debe de ser nada fácil editar una ficción de McKay respetando su agresivo sentido de la dirección. Un estilo que también vemos en el primer episodio de Succession, que marcó el tono de la serie con su brusquedad sorprendentemente elegante. Por suerte, la serie de HBO encontró pronto un equilibrio entre la monumentalidad de su propuesta, su necesidad de ser un estudio de personajes y el con frecuencia irritante rollo de McKay. En su tercera temporada, el ajuste es perfecto y la agresiva gimnasia visual del director de El vicio del poder, productor ejecutivo de la serie, está sólo cuando se la necesita.

Tiempo de victoria: La dinastía de Los Lakers, su nuevo proyecto en la misma plataforma, necesita esa contagiosa energía desde el primer momento. Él, nuevamente en un doble papel de productor y director, se la da. Combinado con una estética multicolor y setentera y un reparto con ganas de pasárselo bien, el dinamismo de McKay le da a la serie el combustible que ésta requiere para arrancar. También para hacernos olvidar a algunos que la historia que cuenta se beneficiará muchísimo de que a sus espectadores, como mínimo, les suene. La reinvención del equipo señero de la NBA (y con él, de la NBA entera) es la potentísima idea detrás de Tiempo de victoria: La dinastía de Los Lakers. Otra leyenda de la América contemporánea que la televisión no podía dejar pasar. Y una a la que Adam McKay le viene como anillo al dedo. Las estrellas de Tiempo de victoria: La dinastía de Los Lakers son él y la propia serie. Si no sabes de baloncesto no pasa nada. Si, por el contrario, eres aficionado a ese deporte, podrás entrar en el debate sobre si está o no bien reflejado en la pantalla. Hay opiniones para todos los gustos. Como con No mires arriba.

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