Truth and Democracy

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Verdad y democracia

Las sesiones televisadas de la investigación sobre el asalto al Capitolio han sido diseñadas para desincentivar el trumpismo

El impacto de las imágenes de la toma del Capitolio el 6 de enero de 2021 no solo no se ha extinguido sino que ha regresado con toda su potencia con unas grabaciones inéditas. El inicio de las sesiones (televisadas por varias cadenas) de la comisión especial del Congreso para investigar los hechos supone un importante impulso en la lucha por parar la carrera hacia el borde del abismo de la autocracia al que se asomó EE UU aquel día. La comisión nació hace casi un año y está compuesta por nueve miembros de la Cámara de Representantes, de los que solo dos son republicanos, tras el boicoteo de la cúpula del partido a la iniciativa.

Aunque la investigación sigue en marcha, la comisión ha decidido presentar sus conclusiones parciales sin ahorrar crudeza. El testimonio de una agente de policía que resultó herida por la turba sirvió para poner rostro a la violencia. Un documentalista que seguía aquel día al líder del grupo supremacista violento Proud Boys reveló la coordinación entre grupos extremistas para liderar el ataque a las instituciones, y cómo fue un tuit de Donald Trump lo que les convenció de que estaban legitimados para ello por el presidente de EE UU. El comité ha prometido más revelaciones en las próximas sesiones, entre ellas pruebas de que Trump “supervisó y ejecutó” un plan preciso de siete etapas para interrumpir la transferencia pacífica del poder, siendo perfectamente consciente de que había perdido las elecciones. Este lunes es la segunda sesión televisada.

No debe haber dudas: hace año y medio, una turba armada dirigida por el entonces presidente Donald Trump asaltó el Capitolio para detener la certificación de las elecciones que había perdido. El objetivo era anular el resultado electoral y abrir una crisis constitucional para mantener a Trump en el poder ilegalmente. Es la definición misma de un autogolpe de Estado. La firmeza de un puñado de personas, especialmente el vicepresidente, Mike Pence, lo impidió. Cinco personas murieron en el asalto, entre ellos un policía del Congreso. Cuatro agentes más se suicidaron después. El FBI ha identificado y detenido a más de 840 personas conectadas con el ataque. De ellos, 305 ya se han declarado culpables. Seis imputados que decidieron ir a juicio perdieron y fueron condenados.

La exposición en detalle y en formato televisivo de lo sucedido es un importante paso para establecer ante la mayoría de la sociedad la verdad de los hechos. EE UU se asoma a un año electoral en el que una parte del electorado republicano adicto a Trump cree que la elección de 2020 fue fraudulenta. Sus acólitos no solo siguen esparciendo la mentira, sino que están dispuestos a repetirlo si se presenta la ocasión. Otra parte lo justifica, o mira para otro lado, por temor al poder de movilización de Trump. La vicepresidenta republicana de la comisión, Liz Cheney, se dirigió el jueves a sus colegas de partido para recordarles que “algún día, Trump ya no estará, pero vuestra deshonra permanecerá”. La defensa de la legitimidad institucional del sistema es el auténtico objetivo de estas sesiones pues, como dijo el congresista Thompson, “la democracia sigue en peligro. La conspiración no ha terminado”.

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