Trumpism without Trump?

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¿Trumpismo sin Trump?

El liderazgo del magnate parece ahora cuestionado y más debilitado que hace dos días, luego de que varios de sus fracasaron

De creer a la prensa estadounidense, es hora de pensar seriamente en el trumpismo sin Donald Trump.

Mientras los resultados de las elecciones del martes se desgranaban y la esperanza de la anunciada marea republicana enfrentaba una realidad disminuida, los medios políticos se apresuraron a presentar el hecho como un revés para Trump, contrastante con las actitudes hacia el que puede ser su más viable competidor por la candidatura presidencial republicana, Ron DeSantis, el gobernador de Florida que fue cómodamente reelecto y no tiene el bagaje personal del controversial exmandatario.

Trump estaba listo el martes a presentarse como el artífice de la gran victoria republicana y por tanto como el hombre a vencer en la que prometía ser simbólica carrera por la nominación presidencial de un Partido Republicano que, teóricamente, habría arrasado en comicios de medio término, usualmente difíciles cuando no desastrosos para el partido en el poder.

Pero ahora Trump parece culpable de exageración, nada extraño a su forma de ser, pero al parecer no exactamente bienvenida por votantes preocupados por economía, seguridad y migración, pero también aborto, libertades personales y democracia.

“Trump es todavía la figura dominante en el Partido Republicano, pero será el favorito para ganar la nominación presidencial si, como se espera, corre otra vez”, indicó un análisis del diario político.com.

El liderazgo de Trump parece ahora cuestionado y más debilitado que hace dos días, luego de que varios de sus seguidores fracasaron en intentos por ser electos o debieron aceptar la ayuda de corrientes tradicionales del partido para ganar. De hecho, de acuerdo con una versión ampliamente difundida, el expresidente “está lívido” de ira, “grita a todo mundo” y afirma que apoyó a malos candidatos.

Trump respaldó abiertamente a aspirantes que comparten su estilo de conservadurismo, que apoyan la idea de que hubo fraude en las elecciones presidenciales de 2020 y una versión aislacionista de la política exterior estadounidense.

En los últimos días, Trump sujetó a DeSantis a una serie de ataques, que ahora se ven como un intento de asustarlo y evitar que busque la postulación presidencial de 2024.

DeSantis, que en su campaña de reelección acumuló un fondo electoral de más de 200 millones de dólares que le vendrá bien si decide buscar la Presidencia; es considerado tan conservador, o más que Trump y no ha tenido problemas en usar temas como migración de forma demagógica como el que también pudiera ser su competidor, el texano Greg Abbott.

DeSantis se vio envuelto en una controversia cuando personas que trabajaban en su nombre “reclutaron” migrantes o solicitantes de asilo para enviarlas a estados prodemócratas del noreste, como Massachusetts y Nueva York, en busca de trabajo y de ayuda.

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