A Political Problem for Biden

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Problema político para Biden

El manejo de archivos secretos es un punto sensible para el gobierno de EU, una nación donde las filtraciones son una forma de hacer política

Un doble escándalo político y de seguridad sacude al aparato de los Estados Unidos, al poner en cuestión el manejo de documentos secretos por parte del expresidente republicano Donald Trump y del actual mandatario demócrata, Joe Biden.

Trump, primero, lucha legalmente por la forma en que documentos secretos del gobierno estadounidense fueron encontrados indebidamente y mal guardados en su club de golf de Mar-a-Lago, donde tiene su residencia, en Florida, el pasado mes de octubre de 2022.

El escándalo es considerable y el que Trump haya decidido litigar el tema sólo contribuyó a hacerlo mayor.

En el ínterin, hubo elecciones legislativas y contra sus esperanzas de una amplia victoria, los republicanos ganaron sólo el mínimo control de la Cámara de Representantes (diputados), donde ahora una minoría de derecha “dura” aprovecha para ejercer un considerable poder y promover una política de enfrentamiento con Biden y la Cámara de senadores.

En esas condiciones, hace 10 días la oficina de Biden informó que sus abogados habían hallado documentos secretos en una oficina que el demócrata ocupó al dejar la vicepresidencia en 2018. La Casa Blanca ofreció además, colaborar con el Departamento de Justicia.

Pero el problema puede ser menos legal que político.

El manejo de archivos secretos es y ha sido hace tiempo un punto sensible para el gobierno de Estados Unidos, una nación donde las filtraciones son una forma tradicional de hacer política.

Los responsables del mal manejo de documentos secretos son severamente castigados cuando son sorprendidos, ante la posibilidad de que comprometan la seguridad nacional de EU al poner su información al alcance de países o grupos potencialmente hostiles, hagan públicas operaciones encubiertas y pongan en peligro la vida y la seguridad de agentes.

La lista de posibilidades es larga. Pero el hecho es que hay una considerable cantidad de personas con acceso a archivos de diversos niveles de seguridad.

En ese marco, la opinión en torno a la gravedad y la legalidad o la ilegalidad de los posibles delitos cometidos por ambos personajes crece o disminuye en relación a gustos y partidarismos, como ya es habitual en las sociedades modernas.

Pero mientras la situación de Trump afecta a un personaje que se encuentra ahora en medio de una lucha por mantener su vida política y su influencia personal en el Partido Republicano, la de Biden se refiere al propio Presidente en ejercicio de Estados Unidos.

Peor aún, ocurre cuando la aprobación pública del Presidente y su trabajo iban en aumento.

Pero el caso hace de Biden un blanco ideal para las proyectadas investigaciones de comités especiales de la Cámara baja con la misión fundamental de socavar al gobierno demócrata y demostrar al público los peligros que representa para el bienestar y la seguridad de Estados Unidos.

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