Trump and the False Republican Dilemma

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Trump y la falsa disyuntiva republicana

El magnate se reposicionó como una pieza central, cobijado por la base conservadora del partido

Esta semana tuvo lugar el retiro anual de la Conferencia Republicana de la Cámara de Representantes de Estados Unidos en Florida.

Sin embargo, los días destinados a la discusión de las prioridades en la agenda legislativa en el estado del Sol, rápidamente se nublaron bajo el más reciente escándalo que protagoniza el expresidente Donald Trump. Más allá de la posible concreción de su arresto, esta coyuntura arroja nuevas luces sobre el futuro del Partido Republicano de cara a las elecciones de 2024.

Eventos como el mal desempeño del partido en los comicios intermedios, la vergonzosa incapacidad de elegir a su líder en la Cámara de Representantes o las discordancias en temas como el papel de EU en la guerra en Ucrania, evidencian la fragmentación al interior del Grand Old Party. La potencial acusación criminal contra Trump llega a atizar el fuego.

Si de algo puede jactarse el exmandatario es de su capacidad de cambiar narrativas a su conveniencia, propiciando situaciones caóticas.

Esta ocasión no es distinta. Al adelantarse al anuncio de su posible detención, Trump no sólo se ha apropiado de los reflectores, sino que ha tomado el control de la postura de su partido y de sus contrincantes por la Presidencia.

Si se tratara de un juego de ajedrez, Trump se ha reposicionado como una pieza central, cobijado por caballos, alfiles y torres de la base conservadora del partido. Al frente, lo resguarda una hilera de peones que, mediante posicionamientos respecto a un supuesto uso político del aparato de justicia, fungen como línea defensiva. En esta categoría entran figuras clave como el exvicepresidente Mike Pence, el presidente de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy, e incluso, el hasta ahora principal rival de Trump, el gobernador de Florida, Ron DeSantis. Cada uno de ellos, cautelosamente, han salido a defender la postura de una supuesta cacería de brujas orquestada por los demócratas.

El tablero pareciera indicar que, ante la sombra eclipsante de Trump, los congresistas republicanos no tienen otra alternativa más que seguir el juego. Pero es una falsa disyuntiva que obvia factores que poco tienen que ver con el expresidente, sino con los intereses económicos y políticos alrededor de su figura.

Principalmente, con el peso que ha cobrado el Freedom Caucus, el bloque de ultraderecha que lo cobija, así como donantes que están de acuerdo.

El bagaje que acarrea Trump a la contienda quizás sea un costo muy alto que pagar si se toma en cuenta que estarán en disputa distritos ganados previamente por demócratas y distritos pendulares en los que los votantes han rechazado al expresidente. Los republicanos pueden deslindarse de Trump, ¿pero quieren hacerlo? Estará en ellos decidir si son peones de alguien con seis acusaciones en su contra.

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