The US Right Overestimates Itself

<--

En términos prácticos, muchos republicanos moderados temen que el énfasis en acciones contra el aborto acabarán por ser contraproducentes

La idea de victorias tan costosas que pueden valer más de lo que se gane es tan viejo como la civilización, pero difícilmente evita que grupos sociales o partidos políticos cometan el mismo error.

Y tras sus éxitos políticos, en especial eliminar el aborto, el Partido Republicano y la derecha estadounidense enfrentan la posibilidad de que esas victorias y los excesos que alentaron, al final les cueste mucho más que lo ganado.

El año pasado, el movimiento “pro-vida” estadounidense logró una impresionante victoria, cuando una Suprema Corte de Justicia dominada por jueces ideológicamente conservadores se pronunció por revocar el fallo que en el caso de Roe vs. Wade reconoció desde 1973, el derecho al aborto.

El tema se convirtió en un catalizador de otras causas conservadoras con raíces religiosas y llevó a sobrestimar su fuerza, excesos y, hasta abusos, que se cree tendrán un impacto político negativo.

De la prohibición de libros con contenidos que puedan interpretarse como sexuales al sublime ridículo de la limitación de mostrar la estatua David del escultor renacentista Miguel Ángel porque es un desnudo y era, por tanto, “pornográfico” para niños de 10 o 12 años de edad, todo ha ocurrido en el marco de medidas auspiciadas por grupos afines o, de hecho, a la sombra de los triunfos en el caso del aborto.

Por lo pronto, en términos prácticos, muchos republicanos moderados temen que el énfasis en acciones contra el aborto, de la prohibición de píldoras abortivas a la oferta de servicios médicos, acabarán por ser contraproducentes.

De hecho, creen algunos, son causas que reflejan más los intereses de los militantes que los de una población que mayormente favorece el aborto, con diversos grados de limitación, pero no la prohibición.

“La política contra el aborto es una gran pérdida de votos para el Partido Republicano, y las encuestas actuales clasifican este como su mayor punto débil. En efecto, es probable que el fundamentalismo del aborto perjudique las posibilidades republicanas a nivel estatal y federal, quizás fatalmente”, indicó Eric Kaufmann en la publicación electrónica UnHerd.

La primera llamada de atención fueron las elecciones legislativas de 2022, que prometían ser una avalancha republicana y acabaron por ser un problema: no sólo fracasaron en arrebatar el Senado a los demócratas sino que lograron una raquítica mayoría de cinco escaños en la Cámara baja.

Las acusaciones judiciales contra el expresidente Donald Trump dramatizan el dilema. Después de todo fue Trump, con su egolatría, quien se convirtió en el líder de un movimiento conservador más que dispuesto a ignorar sus defectos a cambio de aprovechar su carisma y su poder: Trump entregó un Poder Judicial fuertemente inclinado hacia la derecha.

La revocación del derecho al aborto fue un éxito, pero los excesos promovidos por republicanos fueron una causa para millones de votantes que sienten que han ido demasiado lejos.

About this publication