Juneteenth, the federal holiday commemorating the end of slavery in Texas after the Civil War (1861-1865), is celebrated today (June 19) in the U.S. But at the same time, there are practices taking place that, far from eliminating racism, are aggravating it.
The anniversary, popularly known as the second Independence Day, also recognizes the contributions of African culture to the national identity.
However, newspaper headlines remind us daily of the debts to the African American community which have yet to be repaid, and warnings about the manifestations of a growing racism are intensifying.
Today, in addition to police violence and inequality of access to health care and education, protests are being launched against portrayals of the abuses to which Black people have been subjected, and also against the art they’ve created.
The NAACP, for example, recently issued a travel advisory in which it claims that the government of Florida promotes racism. The NAACP’s statement stressed that “Florida is openly hostile toward African Americans,” maintaining that “the State of Florida devalues and marginalizes the contributions of and the challenges faced by African Americans and other minorities.”
The statement was, in part, a response to Florida Gov. Ron DeSantis’ administration's blocking of an Advanced Placement African American studies course, which was subsequently not offered in secondary schools in the state.
As NAACP President and CEO Derrick Johnson pointed out, “failing to teach an accurate representation of the horrors and inequalities that Black Americans have faced and continue to face is a disservice to students and a dereliction of duty to all.”
The revised curriculum deleted the names of several Black authors identified as problematic by Florida officials and eliminated a section on the Black Lives Matter movement.
To cite only two examples, the growing censorship of literature which portrays the country’s systemic racism has led to the banning, in various school districts and libraries, of works by writers Angie Thomas and Toni Morrison that are considered to be of great value.
According to a story in the Los Angeles Times, Morrison’s book “The Bluest Eye” has already been the subject of more than 30 bans and 73 challenges questioning the appropriateness of its content.
The novel, first published in 1970, relates the story of a Black girl born during the Great Depression. In the judgment of scholars, it is a meditation on the oppressive nature of the conception of white-centric beauty.
Thomas has not escaped the fervor for removing books that describe uncomfortable truths from the shelves, either. According to the Los Angeles Times, one of the 15 books banned most often in schools this year is her young adult novel “The Hate U Give,” which revolves around a young woman who witnesses the police murder of a young man who has been her best friend since infancy.
Although the celebration of Juneteenth has helped raise awareness of the current problems faced by the African American community, questions as basic as the distribution of works that present its history are under serious threat today.
In combination with the other issues, this might be a contributing factor to the belief of the majority of Blacks in the U.S. that racism in their country will get worse during their lifetime.
According to a Washington Post-Ipsos poll, 51% of respondents of African descent expect that manifestations of discrimination on the basis of skin color will only become more entrenched.
Likewise, almost 70% of them said that it is more dangerous to be an adolescent now than when they were that age, including almost 80% of those who are 50 to 65 years old or older.
Juneteenth y los rezagos todavía vivos de la esclavitud en EEUU
La efeméride, conocida popularmente como segundo Día de la Independencia, sirve además para reconocer las contribuciones de la cultura africana a la conformación de la identidad nacional.
Sin embargo, los titulares de los medios de prensa recuerdan a diario las deudas aún pendientes de saldar con la comunidad afroestadounidense y las alertas sobre las manifestaciones de un racismo creciente se intensifican.
Ahora, a la violencia policial y a la desigualdad en el acceso a las oportunidades en los ámbitos de la salud y la educación, se arremete además contra la enseñanza que ilustra los desmanes cometidos hacia las personas negras y también contra el arte hecho por ellos.
La Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color de Estados Unidos (Naacp por sus siglas en inglés), por ejemplo, emitió recientemente un aviso de viaje donde asegura que la administración de Florida promueve el racismo.
El pronunciamiento difundido por esa organización señaló que ese estado de la Unión “es abiertamente hostil hacia los afroamericanos”, al asegurar que “el territorio devalúa y margina las contribuciones y los desafíos que enfrentan los afroestadounidenses y otras comunidades de color”.
El señalamiento se debió, en parte, a que bajo la administración del gobernador Ron DeSantis, resultó bloqueado un curso de Colocación Avanzada en Estudios Afroamericanos para que no se ofreciera en las escuelas secundarias de esa región.
Según apuntó el presidente y director ejecutivo de la Naacp, Derrick Johnson, “no enseñar una representación precisa de los horrores y las desigualdades que los estadounidenses negros han enfrentado y continúan enfrentando es un perjuicio para los estudiantes y una negligencia en el cumplimiento del deber para todos”.
El programa de estudios revisado eliminó los nombres de varios autores negros identificados como problemáticos por los funcionarios de Florida y eliminó una sección sobre el Movimiento por las Vidas Negras.
Por solo citar dos ejemplos, la creciente censura de literatura que ilustra el racismo sistémico de la nación ha llevado a vetar, en distintos distritos escolares y bibliotecas de Estados Unidos, obras consideradas de gran valor de las escritoras Angie Thomas y Toni Morrison.
El libro El ojo más azul de esta última autora, de acuerdo con un recuento del periódico Los Angeles Times, ostenta ya más de 30 prohibiciones y 73 desafíos que cuestionan la pertinencia de su contenido.
La novela, publicada por primera vez en 1970, narra la historia de una niña negra que creció durante la Gran Depresión y, a juicio de entendidos, constituye una meditación sobre la naturaleza opresiva de la concepción de la belleza centrada en los blancos.
De la fiebre por retirar de las estanterías volúmenes que describen verdades incómodas no se escapa tampoco Angie Thomas.
Acorde con la misma fuente, uno de los 15 libros más prohibidos en las escuelas este año es también El odio que das, que versa sobre una adolescente que es testigo de cómo un oficial de policía mata a su mejor amigo de la infancia.
Si bien la celebración de Juneteenth ha ayudado a generar conciencia sobre los problemas actuales que enfrenta la comunidad afroamericana, cuestiones tan básicas como la difusión de las obras que exponen su historia están hoy seriamente amenazadas.
Esto, sumado a otras cuestiones, quizás podría estar contribuyendo a que la mayoría de los estadounidenses negros estimen que el racismo en el país empeorará durante su vida.
Según un sondeo de Washington Post-Ipsos, el 51 por ciento de los encuestados afrodescendientes espera que las manifestaciones discriminatorias por el color de la piel solo se entronicen.
Asimismo, casi el 70 por ciento de ellos dijeron que ahora es un momento más peligroso para ser un adolescente que cuando ellos mismos lo eran, incluido casi el 80 por ciento de los que tienen entre 50 y 65 años o más.
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These costly U.S. attacks failed to achieve their goals, but were conducted in order to inflict a blow against Yemen, for daring to challenge the Israelis.