Anti-Immigrant Fundamentalism in Florida

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Fundamentalismo antiinmigrante en Florida

Este lunes entró en vigor una nueva ley antiinmigración en el Estado de Florida

Este lunes entró en vigor una nueva ley antiinmigración en el Estado de Florida, un retroceso para los derechos humanos y un nuevo atentado de los republicanos contra la comunidad hispana que vive en Estados Unidos.

En meses pasados, cuando legisladores republicanos propusieron que las fuerzas armadas norteamericanas entraran a territorio mexicano a combatir a los cárteles y lanzaran misiles a nuestro país, los califiqué como un puñado de fundamentalistas de extrema derecha. Con la nueva ley de Florida mis calificativos se confirman; se espantan del fundamentalismo islámico, pero no ven su propio fundamentalismo.

La ley SB 1718 es uno más de los tantos actos cometidos por republicanos en los que utilizan a los migrantes como carne de cañón para sembrar simpatía en el electorado más conservador, racista y xenófobo de su país; siguen utilizando a las y los migrantes como objeto electorero de la manera más inhumana y deleznable, con absoluto desprecio a sus derechos y su dignidad.

El fundamentalista gobernador DeSantis, en sus aspiraciones presidenciales, ha venido tratando de vender la idea a sus ciudadanos de que existe una invasión de migrantes a su país que pone en riesgo la seguridad nacional y la soberanía de EU, y con esta ley pretende demostrar que tiene la firmeza para resolverla, no sólo endureciendo acciones contra migrantes, sino flexibilizando la portación de armas de fuego. Y es que para él, como buen fanático de extrema derecha que es, son más peligrosos los migrantes que las armas de fuego, aun cuando claramente la verdadera crisis en la Unión Americana es la de libre venta y uso de armas que diariamente causan miles de muertes por tiroteos en calles, centros comerciales, cines y escuelas.

Gente como DeSantis son los verdaderos responsables de las miles de muertes en Estados Unidos a causa de armas de fuego, incluidas las de niños y jóvenes en escuelas y universidades. Precisamente entre los destinatarios de su discurso de odio y xenofobia se encuentran también miles de jóvenes que nacieron en suelo norteamericano, de padres migrantes, sobre quienes ha dicho que no tienen derecho a la ciudadanía.

Pero en medio de su propio fundamentalismo ideológico de extrema derecha y de su estrategia electorera dirigida a las y los ciudadanos más conservadores, DeSantis pasa por alto que su ley significará un golpe para la economía de su estado, pues impactará negativamente en sus principales industrias como el turismo, la agricultura y la construcción, en las que los migrantes constituyen la principal fuerza de trabajo. Ya diversas organizaciones en aquel país están señalando que hay un déficit de mano de obra en esos sectores.

Mi solidaridad con nuestros hermanos migrantes en Estados Unidos y con las organizaciones sociales en aquel país que están alzando la voz y vislumbrando acciones para combatir esta ley atroz, propia de la edad media y no de un país que suele ostentarse como “la mejor democracia del mundo”.

Si algo nos ha demostrado la historia es que los racistas, los xenófobos como DeSantis no son recordados como héroes ni próceres, sino como villanos, tiranos, sátrapas que terminan en el basurero de la historia y la ignominia.

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