US: Strong but Unwanted Candidates

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EU: candidatos fuertes, pero no deseados

Los rezos demócratas están por la muy improbable candidatura de Michelle Obama. Es muy popular y sería una gran fuerza, pero no gusta de la política

En cierta forma, el Día del Trabajo en EU, el primer lunes de septiembre del año previo a la elección, marca un momento político importante: cuando los presuntos votantes comienzan a fijarse verdaderamente en los aspirantes a la Casa Blanca. Es el inicio informal de la campaña presidencial.

Y este año marca una temporada electoral en la que muchos en ambos partidos desearían que sus más probables aspirantes, el expresidente Donald Trump, por los republicanos, y el actual mandatario, Joe Biden por los demócratas, fueran otros.

Trump enfrenta una serie de escandalosos problemas judiciales que bien podrían complicar su posibilidad de regresar a la Casa Blanca.

El exmandatario tiene un índice favorable de 50 a 55% de los votantes republicanos, y el más fuerte de sus ocho principales contrincantes, el gobernador de Florida, Ron de Santis, no llega a 20% y debe superar obstáculos crecientes.

Pero muchos republicanos, por lo menos en las estructuras tradicionales, creen que el dominio de Trump y su candidatura serían un problema grave para el partido: su bagaje personal y su retórica grandilocuente podrían desalentar a los votantes independientes y de centroderecha de participar en las elecciones generales, con repercusiones negativas para los aspirantes republicanos, del Congreso Federal abajo.

Un analista comparó a Trump con Adlai Stevenson, un aspirante demócrata que dominó el partido en los años 50, pero fue derrotado por el republicano Dwight Eisenhower, en 1952 y 1956.

Para los demócratas la situación es igualmente complicada.

Biden es apreciado, pero cumple 81 años en noviembre próximo, y ya es el Presidente más viejo en la historia estadounidense.

Su edad jugará un papel enorme en la campaña, tanto por su presunta tendencia a dormitar en actos públicos, a confundirse durante discursos y sus cada vez más frecuentes tropezones. Claro que frente a la alternativa…

Pero Biden tiene otros problemas: la mayoría republicana en la Cámara baja debate la posibilidad de una impugnación constitucional del Presidente, por presuntos actos de corrupción en los que habría participado al aparato a su hijo Hunter. El “Juicio Político” iría a ningún lado, ante la mayoría demócrata en el Senado, pero haría ruido en la campaña electoral.

Hay una abierta especulación en torno a quién podría ser un candidato sustituto, y aunque se barajan los nombres de la vicepresidenta Kamala Harris, el gobernador de California, Gavin Newsom, y Pete Buttigieg, el secretario de Transporte. Dos aspirantes ya en contienda, Robert F.

Kennedy Jr. y la escritora Marianne Williamson, no llegan a 20 puntos de popularidad. Y en términos políticos, los rezos demócratas están por la muy improbable candidatura de Michelle Obama. La exprimera Dama es muy popular y sería una fuerza unificadora, pero no gusta exactamente de la política.

Parece que demócratas y republicanos deberán resignarse con lo que hay.

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