Multipolar and Dangerous

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Una pregunta que cabe hacerse hoy es si el mundo era más seguro hace unas decenas de años cuando estaba dominado por las dos grandes superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, que se marcaban estrechamente, pero evitaban el conflicto directo.

Aquella etapa de guerra fría terminó decantándose hacia el lado de EE.UU., que se convirtió en la primera gran potencia tras la caída del muro de Berlín y la descomposición de la URSS. Desde entonces, aquel mundo dividido en dos grandes bloques se ha transformado en un orbe multipolar en el que se han producido nuevos fenómenos, como el crecimiento y apogeo de China como gran potencia y la cada vez mayor influencia de las economías árabes del golfo Pérsico. Al mismo tiempo, Estados Unidos ha perdido poder, y la mejor imagen de ello fue su vergonzosa salida en tromba de Afganistán, preparada bajo el mandato de Donald Trump y ejecutada bajo el de Joe Biden.

El conflicto lacerante en Ucrania, que dura ya 20 meses, y la guerra recién iniciada por Israel en Gaza tras los atentados terroristas de Hamas dejan al mundo en una situación de gran inestabilidad.

La ONU, nacida para evitar estos conflictos mundiales, ni está ni se la espera, ya que su capacidad de decisión está más que limitada. Incluso las condenas de este organismo no despiertan ya el más mínimo interés. Su poder de influencia para contener o frenar una guerra es inexistente. Cuando no aparece un conflicto inesperado en el Sahel, se recrudece otro antiguo como el de Nagorno-Karabaj. Y todo el mundo contiene el aliento sobre el futuro de Taiwán por la previsible invasión de China.

Con todo, Estados Unidos sigue siendo la primera potencia y está actuando de forma activa en los dos conflictos anteriormente citados: está ayudando con armamento a Ucrania y va a hacerlo de forma persistente a Israel. Pero la amenaza de la vuelta de Donald Trump a la presidencia norteamericana en noviembre del próximo año no es ninguna entelequia y su posible presencia contribuirá a provocar aún más desorden en el planeta. Está claro que avanzamos hacia un mundo multipolar y con muchos más peligros latentes.