The Border Is a Hot Spot

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La frontera, un punto caliente

Para atraer a los republicanos, Biden pidió un presupuesto de 13,600 millones de dólares para incrementar la seguridad de la frontera con México

La situación en la frontera entre Estados Unidos y México es uno de los puntos “calientes” de la política doméstica estadounidense y de paso para el gobierno mexicano.

Los aspirantes a la candidatura presidencial del Partido Republicano han hecho una prioridad de la seguridad fronteriza y de la posibilidad de usar recursos militares, incluso fuerzas especiales, para combatir a los cárteles de la droga en México.

Paralelamente, existe una lucha legislativa alrededor del presupuesto y la ayuda militar que el presidente Joe Biden solicitó para ayudar a Ucrania, con 61.4 mil millones para Ucrania, y 14 mil millones para Israel. Para atraer a los republicanos, Biden pidió además 13,600 millones de dólares para incrementar la seguridad de la frontera con México.

Pero el precio que hoy demandan los republicanos va más allá de recursos e implica la posibilidad de cambios políticos, específicamente en lo que se refiere a la política de asilo.

De acuerdo con un resumen, los republicanos quieren que el Departamento de Seguridad Nacional reanude la construcción del muro fronterizo en el suroeste, que aumente el salario de los agentes de la Patrulla Fronteriza, reforme las leyes de asilo del país, tome medidas enérgicas contra la libertad condicional humanitaria de inmigrantes ilegales y niegue asilo a inmigrantes que cruzan terceros países “seguros” antes de llegar a Estados Unidos.

En un discurso a la nación hace un mes, Biden abogó por la ayuda a Ucrania e Israel y mencionó el fortalecimiento de medidas fronterizas. En ese marco, su gobierno anunció que pasaría por alto más de 20 leyes para ir adelante con la construcción de 32 kilómetros de barreras fronterizas que ya estaban programadas en Texas.

Su solicitud de recursos al Congreso incluyó fondos para 1,300 agentes adicionales de la Patrulla Fronteriza y para más de 100 máquinas de inspección para detectar fentanilo.

Para los republicanos, sin embargo, sólo es el principio. Su meta aparente es construir la imagen de un Biden débil e incapaz a través de subrayar los problemas en la frontera, que ellos atribuyen a los cárteles mexicanos de la droga y su impacto en EU por las muertes provocadas por el fentanilo ilegal y su presunta influencia en el tráfico de personas.

De acuerdo con algunas versiones, es probable que el presidente Biden acepte algunos cambios a las actuales políticas de asilo, para ponerlas más a tono con las por su parte más restrictivas propuestas de los republicanos.

Sin embargo, las políticas de los republicanos se centran más en el número de agentes o la cantidad de arrestos que en los casos que se atienden y el considerable retraso en el procesamiento de peticionarios de asilo.

Más allá, la realidad es que la seguridad fronteriza y migración serán temas de importancia, si no los principales, en las primarias republicanas, el primer semestre de 2024, y una de sus banderas en la campaña presidencial estadounidense del próximo año.

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