Las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos (5 de noviembre) pueden consolidar un panorama negativo de nuestra nación
La visión de México en Estados Unidos va de la catastrofista planteada por el exsecretario de Estado Mike Pompeo en su gesta por la posición de vicepresidente bajo Donald Trump a la calificación de democracia en retroceso, pero afortunada por su relación “transaccional” con EU, según Fareed Zakaria, un influyente analista de relaciones internacionales.
En el marco de la llegada de la presidenta Claudia Sheinbaum al poder, en octubre 1, y las reformas propuestas por el régimen saliente para aprobación durante el mes de septiembre, el escepticismo parece dominante.
En las dos visiones, México es un país de enorme importancia para Estados Unidos. Para Pompeo, en un artículo publicado por The Wall Street Journal, “los cambios constitucionales y políticos esperados en México alterarán la relación bilateral con Estados Unidos, provocarán caos en la frontera y probablemente iniciarán una guerra comercial. El resultado será el estancamiento económico en México. Solo se beneficiarán los cárteles que introducen veneno en ambas naciones”.
Zakaria preparó un programa de una hora transmitido el domingo por la cadena CNN y puntualizó que “bajo Trump y Biden, Washington ha tenido una relación transaccional con México, nos ha ayudado con las drogas y la inmigración, y sobre todo con lasegunda. Y no los presionaremos sobre el retroceso de la democracia y el Estado de derecho en México.
El resultado ha sido que el país se está transformando en una democracia antiliberal con un nuevo Estado de partido único, que está dando la espalda a muchas de las reformas que han modernizado su economía y sociedad durante las últimas cuatro décadas”.
Cierto que ambas visiones están, a querer o no, influenciadas por la retórica política estadounidense, hoy fijada en los problemas fronterizos, pero también por una visión diferente de México que la 4T desea presentar. Para Zakaria, un punto importante es que para Pompeo, el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, “parece decidido a aprobar una serie de ‘reformas’ para eliminar a los reguladores independientes o fusionar sus oficinas con agencias del poder Ejecutivo”.
Lo más preocupante para los inversionistas extranjeros, según ese texto, “una propuesta de que todos los jueces federales y locales de México, incluida la Corte Suprema, sean elegidos por voto popular. Se acabó el juego del recurso judicial en México si un inversionista extranjero tiene una disputa con un actor o interés político poderoso.
Dado que el T-MEC debe ser revisado obligatoriamente en los tres países en 2026, estas propuestas mal concebidas podrían significar un desastre para el acuerdo. El T-MEC es fundamental para los empleos en EU. Si fuera aniquilado, el mayor beneficiario sería China”.
Para Zakaria, la verdadera tragedia es que “vemos en ambos lados de la frontera intereses egoístas estrechos y políticas de corto plazo”, aunque una visión de largo plazo debería ser el objetivo estratégico para ambas naciones.
Y peor aún, las próximas elecciones estadounidenses pueden consolidar una visión negativa de México.
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