El intento de asesinato contra Donald Trump subrayó la polarización política que viven los Estados Unidos y de acuerdo con todos los indicios, fortaleció la campaña del indudable aspirante republicano a la Presidencia estadounidense
El intento de asesinato contra Donald Trump subrayó la polarización política que viven los Estados Unidos y de acuerdo con todos los indicios, fortaleció la campaña del indudable aspirante republicano a la Presidencia estadounidense.
No bien terminaban de zumbar las balas en el mitin de Trump y de confirmarse que había salido con bien cuando, por un lado, comenzaban las evaluaciones del posible impacto electoral del ataque y, por otro, las especulaciones sobre los posibles responsables, con una falsa identificación en redes sociales y muchos a la derecha seguros de que el atentado había provenido de la izquierda y su retórica anti-Trump.
Pero hasta la mañana del domingo, todos los indicios eran de que Thomas Matthew Crooks, republicano registrado, pero donador de los demócratas, muerto luego de disparar contra Trump, era un “lobo solitario”, hasta ahora una figura más identificada con militantes de derecha.
Lo cierto es que el ambiente político-electoral estadounidense es reflejo de las profundas divisiones en el país, tanto que ya en los últimos años han habido comparaciones con la etapa que precedió a la Guerra Civil de 1861-65 y que ese problema difícilmente se resolverán a pesar de los llamados a la unidad emanados de personajes y grupos políticos de ambos lados, Trump incluido, luego del ataque del sábado.
Hasta ese momento, la situación se reflejaba en un cada vez más ácido debate público en el que izquierdas y derechas se culpan de tratar de destruir al país.
El atentado, en todo caso, tuvo un efecto inmediato y aparente: fortaleció la imagen de “hombre fuerte” de Trump. La fotografía donde levanta el puño con un gesto de desafío en el rostro ensangrentado ya es calificada como icónica de nuestro tiempo.
Más todavía, se cree que tendrá un significativo impulso a la candidatura de Trump. Los republicanos inician en Milwaukee una Convención nominativa que ya se esperaba fuese más bien una coronación del aspirante y a la que Trump llega ahora con una imagen cuasi heroica, de sobreviviente.
Lo cierto es que a 113 días de la votación, el 5 de noviembre, la que hasta ahora parecía una carrera relativamente nivelada podría convertirse en un paseo para Trump: su contrastante imagen de fortaleza frente a la evidente fragilidad de su casi seguro rival, el presidente Joe Biden.
Trump ha buscado presentarse como el “hombre fuerte” que puede resolver los problemas que afirma han creado los “enemigos” de Estados Unidos, en especial todos aquellos que están en desacuerdo con él y sus propuestas. El tono cesarista, autoritario, de sus ideas queda en un segundo plano frente a su lema de campaña desde 2016, “Hacer Grandes Otra Vez a los Estados Unidos”, y la realidad de un país dividido.
Ahora, con la imagen de casi mártir y la devoción de sus seguidores, más la palpable evidencia de una lesión que aunque leve estuvo a milímetros de ser mortal, el expresidente comenzó a convocar a la unidad nacional, un llamado que sin duda repetirá el jueves en su discurso de aceptación de la candidatura republicana, pero ante un auditorio nacional.
En lo inmediato, las apuestas afirman que Trump tiene un 70 por ciento de posibilidades de vencer a Biden el próximo noviembre.
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