US Campaign: In the Final Stretch

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El Día del Trabajo que en Estados Unidos se celebra el primer lunes de septiembre y es tradicionalmente el inicio de la campaña presidencial

El Día del Trabajo que en Estados Unidos se celebra el primer lunes de septiembre y es tradicionalmente el inicio de la campaña presidencial, pero en el caso de 2024 bien podría ser comparado con una de esas carreras donde el último trecho es el momento para el esfuerzo final.

La candidatura de la vicepresidente Kamala Harris protagonizó un mes literalmente sin precedentes en la política estadounidense, pero la realidad es que su verdadero logro es haber nivelado la competencia con la que parecía avasalladora campaña del republicano Donald Trump.

La aparición de Harris inyectó nuevas esperanzas a los demócratas, que hasta el 21 de julio parecían víctimas del pesimismo; se alineaban por afecto y respeto, pero poca convicción, detrás de la candidatura de un presidente Joe Biden que parecía cansado, viejo, débil. La imagen lo decía todo.

Ahora, 40 días después, los demócratas parecen imbuidos de un optimismo casi exagerado, lo que algunos califican de una “maravillosa exuberancia” pero también una que obliga a sus líderes a recomendar prudencia y trabajo. “Creen que es una carrera 60-40 cuando es una 50-50”, citó el diario cibernético especializado Político.

El hecho es que Harris y los demócratas han logrado ponerse al “tú por tú” con los republicanos en cuanto a entusiasmo, intención de voto y recaudación de fondos, lo que no es poco. Más aún, de acuerdo con los datos, están ligeramente arriba en las encuestas nacionales y en al menos tres de los seis estados donde se espera que se decidirá la elección.

Paralelamente, un grado importante de atención se enfoca ya en las campañas por el control del Congreso: los republicanos creen posible lograr la mayoría en el Senado y los demócratas en la Cámara baja, justo al revés de como están ahora y tal vez con similares mínimas ventajas: tres escaños en uno y cinco curules en la otra.

La suerte de muchos de los aspirantes a la Legislatura está vinculada a los candidatos presidenciales, que a su vez necesitan todo el apoyo posible para sus propios fines.

Pero en todos los casos, arriba o abajo, los dos partidos y sus candidatos están dentro de los márgenes de error. Ninguno puede decir que tiene ganada la elección y, de hecho, serán dos intensos meses en los cuales ambas campañas presentarán a los votantes propuestas y contrapropuestas.

Pero mientras Trump no tendría problemas con una victoria tan apretada como la Biden en 2020, literalmente por décimas de punto en los estados “bisagra” a pesar de una clara distancia en la votación general, Harris parece obligada a obtener un triunfo claro, tan amplio como posible, para evitar los anunciados reclamos de trampa e irregularidades que Trump y sus aliados ya comenzaron a plantear.

Pero en el intensamente polarizado clima político de Estados Unidos, la mayoría de las elecciones son reñidas y un candidato rara vez queda fuera de la carrera hasta el momento del voto, de acuerdo con expertos como Nate Silver.

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