Having waited for more than a year, U.S. President Barack Obama has decided to act unilaterally on immigration. Obama had supported the immigration action approved by Congress in June 2013, but the Republican Party continuously opposed it. Obama promised to make a decision about immigration during his 2008 election campaign in 2008, and it is the most significant ruling on immigration since action taken in 1986 under Republican President Ronald Reagan.
Today there are approximately 11.3 million illegal immigrants in the U.S., most of whom are from Latin America, particularly Mexico. Obama’s plan would benefit parents of U.S. citizens or lawful permanent residents who have been in the United States since at least January 1, 2010, and who do not have a criminal record. These immigrants can apply for a work permit and a three-year temporary stay of deportation.
Everybody is anticipating a forceful response by Republicans, who will control both houses of Congress in Jan. 2015. Until yesterday, the Republican Party had not responded to Obama's unilateral action. The Republican Party is facing an internal struggle with its ultraconservative sector known as the Tea Party, which is strongly critical of the government. These ultraconservatives are considering using the budget card to defeat Obama. Some are even demanding that Obama’s action should be tried in court.
In his address to the nation, anticipating Republican opposition, Obama said: “And to those members of Congress who question my authority to make our immigration system work better, or question the wisdom of me acting where Congress has failed, I have one answer: Pass a bill.” However outraged it may be, the opposition needs to plan its moves if it wants to win the next presidential election in 2016, when the American Latino vote will be decisive.
Immigrants and their children will make up 37 percent of the U.S. population by the middle of this century, the highest percentage in American history. The U.S. has received about 20 million Latin American immigrants since 1965. That is the reason why Hillary Clinton, who many consider to be Obama's successor, is openly encouraging Congress to support action on immigration.
Más de cinco millones de inmigrantes ilegales en EEUU regularizados por decreto ante la furia de los republicanos.
El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama decidió a actuar unilateralmente en el polémico tema de la inmigración, tras esperar más de un año a que los representantes del Partido Republicano desbloqueen en el Congreso su ambiciosa reforma migratoria integral, aprobada por el Senado en junio de 2013. Fue una de las promesas del mandatario demócrata durante la campaña electoral de 2008 y es la mayor regularización desde el blanqueo decretado en 1986 por el entonces presidente republicano, Ronald Reagan.
Actualmente residen en EEUU unos 11,3 millones de indocumentados, la mayoría latinoamericanos y más de la mitad mexicanos. El plan beneficia a los que tengan hijos ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes desde antes del 1 de enero de 2010 y sin antecedentes penales. De esta forma quedan liberados de la amenaza de la deportación por tres años, además de un permiso de trabajo.
La expectativa política se centra ahora en la contundente respuesta con que amenazan los republicanos en el Congreso, que a partir de enero de 2015 tendrán el control de ambas cámaras. Hasta ayer no adelantaron nada sobre el camino a seguir por la acción unilateral del presidente. Es que el poderoso partido opositor vive una interna feroz que lo obliga a un riesgoso equilibrio para contener al ala ultraconservadora del partido, el "Tea Party'', que clama venganza como paralizar la actividad del Gobierno usando la llave presupuestaria para torcer el brazo a Obama, y hasta algunos reclaman un juicio político.
"Para los congresistas que cuestionan mi autoridad para mejorar nuestro sistema migratorio, o mi actuación donde el Congreso no lo ha hecho, tengo una respuesta: aprueben la ley (la reforma migratoria)'', expresó Obama en su mensaje a la nación, previendo la réplica opositora. Es un desafío que va más allá de esta coyuntura, porque la oposición indignada deberá regular sus emociones si quiere ganar las elecciones presidenciales de 2016, donde el voto latino será determinante.
Los inmigrantes actuales y sus hijos conformarán el 37% de la población de EEUU a mediados de este siglo, el nivel más alto en la historia en un país que desde 1965 ha recibido unos 20 millones de inmigrantes hispanos. Por eso no es casual que Hillary Clinton, a quien consideran la sucesora de Obama, haya salido con un inusual comunicado en apoyo a las medidas en favor de ilegales instando a la vez al Congreso a cumplir su parte.
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