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Three Fronts to Combat Terror

November 25, 2015

Published in El Observador
(Uruguay) on 18 November 2015
by (link to original link to original)

Translated from by Natalie Harrison. Edited by Laurence Bouvard.

France’s declaration of war against the Islamic State is only the beginning of one of three fronts which must be fought simultaneously as the only effective way of eliminating from the face of the earth the barbaric terrorism, which even exceeds al-Qaida in its time as a threat to peace and the peaceful coexistence of the entire world. President François Hollande has announced that France is in a state of war against the Islamic State group and has sent his planes to bombard a major terrorist enclave in immediate retaliation for the horrendous attacks of Nov. 13 in Paris. He further clarified that military action was essential when he announced that he would meet together with the Russian and American presidents in order to coordinate offensives together.

Such agreement has been absent up to now in the aerial attacks on Islamic State group targets. The three powers have been bombing them at different times, selecting targets on their own. In an unexpected bilateral meeting the day after that fateful Friday the 13th, Presidents Barack Obama and Vladimir Putin recognized the need to act in a coordinated manner. However, they did not achieve a final agreement due to their differences on the future of the Syrian dictator Bashar Assad, whom Putin wants to keep in power and whom the Western powers insist leaves Syria as a necessary step in beginning to bring order to this nation in turmoil. But the efficacy of large-scale armed action— deplorable like all war, but unavoidable — demands that Putin, Obama, Hollande and other heads of state within the alliance which combats the Islamic State group agree to organized action with a unified war plan. This has been missing up to now. This common war plan must include unified air, land and sea combat against the terrorists who have been acquiring vast territories in Iraq and Syria and spreading terror throughout the world.

The second front of combat is with the countries that the Islamic State group announced they will attack with other bloody assaults, fundamentally in Europe and the United States. Hollande has decreed a state of emergency in France, and requested special powers from parliament to accentuate internal vigilance as the United States did after the Sept. 11 attacks in 2001. The efficient intelligence services and security forces of the threatened nations need more freedom to act against suspects and prevent further attacks.

The third front is the responsibility of the Islamic world opposed to the Islamic State group’s fanatic extremism, and which practices Islam as a religion disposed to peacefully coexisting with all. This includes many nations with Muslim governments and expansive communities which practice that religion and live in France, Great Britain, the United States and in many other nations in which the Islamic State group lures followers for its militias and its attacks. This majority of the worldwide Muslim community must wholeheartedly repudiate the existence of the Islamic State group and its actions, and effectively contribute to identifying and denouncing those among them who would sympathize with the sinister terrorist organization. Only unified and resolute action by the civilized world on these three fronts will allow the eradication of this cancer which threatens to spread over the whole planet with terrible consequences for humanity, unless it is removed in time and without ceremony.

La declaración de guerra de Francia al Estado Islámico (EI) es solo el comienzo de uno de los tres frentes en que hay que luchar en forma simultánea, como única forma efectiva para eliminar de la faz de la tierra a una barbarie terrorista que excede incluso a la que en su momento representó Al Qaeda como amenaza a la paz y a la convivencia pacífica en el mundo entero. El presidente François Hollande anunció que Francia está en estado de guerra contra el EI y envió a sus aviones a bombardear un importante enclave de los terroristas, en represalia inmediata por los horrendos ataques del 13N en París. Definió además la opción militar indispensable para acciones ofensivas al anunciar que se reunirá con los presidentes de Estados Unidos y de Rusia para coordinar ofensivas conjuntas.

Este acuerdo ha estado ausente hasta ahora en los ataques aéreos a objetivos del EI. Las tres potencias los han bombardeado en diferentes momentos, seleccionando blancos por su cuenta. Los presidentes Barack Obama y Vladímir Putin reconocieron, en una sorpresiva reunión bilateral al día siguiente del fatídico viernes 13, la necesidad de actuar en forma coordinada. Pero no lograron un acuerdo final debido a sus diferencias sobre el futuro del dictador sirio Bachar al Asad, que Putin quiere mantener en el poder y las potencias occidentales insisten en que lo abandone como paso necesario para empezar a ordenar esa convulsionada nación. Pero la efectividad de la acción armada en gran escala, deplorable como toda guerra pero ineludible, exige que Putin, Obama, Hollande y los demás jefes de gobierno de la alianza que combate al EI acuerden acciones organizadas en un plan de guerra común por aire, mar y tierra, que ha faltado hasta ahora, contra los terroristas que se han apoderado de vastos territorios en Irak y Siria, y sembrado el terror en el mundo entero.

El segundo frente de combate es dentro de los países que el EI anunció que atacará con otros atentados sangrientos, fundamentalmente en Europa y Estados Unidos. Hollande ha decretado un estado de emergencia en Francia y pidió al Parlamento poderes especiales para acentuar la vigilancia interna, como hizo Estados Unidos después del 11S en 2001. Los eficientes servicios de inteligencia y las fuerzas de seguridad de las naciones amenazadas necesitan más libertad de acción contra sospechosos y para tratar de prevenir atentados .

El tercer frente es responsabilidad del mundo islámico opuesto al fanatismo extremista del EI y que practica el islam como una religión dispuesta a la convivencia pacífica con todos. Esto incluye a muchas naciones con gobiernos musulmanes y a las voluminosas comunidades que profesan esa religión y viven actualmente en Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y otras muchas naciones en las que el EI capta adeptos para sus milicias y sus atentados. Ese sector mayoritario de la comunidad musulmana mundial tiene que repudiar enérgicamente la existencia del EI y sus acciones y contribuir eficazmente a individualizar y denunciar a sus miembros que sean simpatizantes de la siniestra organización terrorista. Solo la acción unificada y resuelta del mundo civilizado en esas tres vías permitirá erradicar un cáncer que amenaza propagarse por todo el planeta, con consecuencias terribles para la humanidad, a menos que sea extirpado a tiempo y sin miramientos.

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