On the morning of Oct. 20, The Washington Post gave an exclusive preview of the numbers the U.S. government will soon release showing how many migrants were detained at the U.S.-Mexico border in the last U.S. fiscal year, from October 2020 to September 2021.
More than 1.7 million “encounters,” as the U.S. Customs and Border Protection agency calls them; he highest 12-month figure since 1986. Perhaps the figure that should most concern us and both governments is the number of Mexicans who tried to cross the border: 608,000, another figure actively on the rise compared to previous years.
These figures clearly indicate that the concentration of effort at Mexico’s southern border is ultimately a pretense intended to look good to everyone, but these efforts have not stopped those who want to reach the U.S.
The number is a bad sign for Joe Biden’s administration at a time when his approval rating remains low and Trumpism is still alive in several states. Immigration and his famous wall were the issues that in many ways formed the basis of Donald Trump’s candidacy during his first presidential campaign, and today it’s an issue that candidates whom Trump supports continue to exploit.
It’s also bad news for Mexico because, thanks to a judicial decision, the Biden administration must reinstate the “Remain in Mexico” program, created by Trump and accepted — as the result of economic blackmail — by this government, which has located thousands of asylum seekers in our country to wait for hearings that slowly occurred.
The U.S. warned the court that resuming the “Remain in Mexico” program would require cooperation from the Mexican government, and representatives from the two countries have been in discussions over the matter for the last few weeks.
But politics is politics. Biden’s challenges in getting his economic recovery program through Congress and the fact that the immigration crisis — because the numbers indicate it is a crisis — will be used by Republicans in next year’s elections, could force Biden’s hand and his plans, and pressure the Mexican government to accept things like “Remain in Mexico” 2.0.
We will soon see how this negotiation ends.
La negociación entre López Obrador y Biden
Ayer por la mañana, The Washington Post adelantó en exclusiva los números que muy pronto dará a conocer el gobierno estadunidense sobre el número de migrantes que fueron detenidos en la frontera entre México y EU en el último año fiscal que, para ellos, va de octubre de 2020 a septiembre de 2021.
Más de un millón 700 mil “encuentros”, como les llama la patrulla fronteriza. La cifra más alta para 12 meses desde 1986. Tal vez el número que más debería preocuparnos y preocupar a ambos gobiernos es el de mexicanos que intentaron cruzar la frontera: 608 mil, otro número seriamente al alza respecto a años pasados.
Son cifras que señalan con claridad que la concentración de esfuerzos en la frontera sur mexicana resulta al final de cuentas una simulación para quedar bien entre todos, pero no han frenado a quienes quieren llegar a EU.
El número es una mala señal para el gobierno de Biden en tiempos en que su aprobación sigue baja y el trumpismo sigue activo en varios estados. Fue la migración y su famoso muro el tema que en muchas maneras construyó la candidatura de Donald Trump durante su primera campaña, y es hoy un tema que siguen usando los candidatos que Trump apoya.
Y es una mala noticia para México, porque gracias a la decisión de un juez, el gobierno de Biden tiene que reponer el programa Remain in Mexico, creado por el trumpismo y aceptado —chantaje económico de por medio— por este gobierno, que puso en nuestro territorio a miles de solicitantes de asilo a esperar audiencias que llegaban a cuentagotas.
El gobierno estadunidense advirtió al juez que regresar al Remain in Mexico requería de la colaboración del gobierno mexicano y, desde hace algunas semanas, los representantes de ambos países lo han venido conversando.
Pero política es política. Los problemas de Biden para pasar su programa de recuperación económica por el Congreso y la información de que la crisis migratoria —porque eso es lo que quieren decir los números— será utilizada por los republicanos en las elecciones del próximo año podrían forzar la mano y voluntad de Biden y presionar al gobierno mexicano a aceptar cosas como el Remain in Mexico segunda versión.
No tardaremos en ver en qué termina esta negociación.
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