Hasta un niño de tercer grado en Cuba se reiría de esta afirmación hecha por el gobierno de Estados Unidos, que mantiene a nuestro país en una lista sin sentido ni justicia.
El Gobierno Norteamericano anunció nuevos procedimientos de control para pasajeros provenientes de países catalogados como “Estados que patrocinan el terrorismo” y seleccionó a otros como parte de las medidas tomadas tras el fallido ataque a un avión con destino a Detroit el día de Navidad. Su gobierno actualmente cataloga a Cuba, Irán, Sudán y Siria como estados que patrocinan el terrorismo.
Parecía que el Presidente Barak Obama era más inteligente. No conoce en nada a los cubanos. Pocas naciones han sufrido tanto como Cuba los azotes del terrorismo. Pero también son pocas las que, como Cuba, han mantenido ante ese flagelo que amenaza a la supervivencia humana, una posición firme, de frente y sin doble rasero.
Resulta que ahora, por descuido en la vigilancia y mirando con indiferencia toda la información que tenían los organismos de seguridad, luego del reciente ataque fallido de Al Qaeda contra un avión norteamericano, son 14 los países señalados con el dedo por la Casa Blanca, a fin de que los pasajeros que proceden de allí sean requisados de manera extrema.
Entre ellos está Cuba. Precisamente esta pequeña Isla que no ha tenido paz desde el año 1959 ante ataques violentos que vienen precisamente desde Miami, u organizados en otros territorios, pero accionados desde allí, y que han dejado muertes a lo largo de todos estos años. Habría que recordar el cruel desastre aéreo, cuando Posada Carriles ordenó hacer explotar una bomba en un avión de Cubana en pleno vuelo, por lo cual murieron 73 personas inocentes.
Resulta que ahora los terroristas son los cubanos. Un pequeño lugar en el mundo donde la gente camina libremente por sus calles sin llevar oculta un arma. Y donde las escuelas, los aeropuertos, la vía pública, son lugares de plena seguridad. Es como para reírse de todo un séquito con cerebro para saber pensar y ver dónde están en verdad los terroristas.
Es por eso que la Sección de Intereses Cubanos en Washington aseguró que “el Gobierno de la Isla coopera en la lucha internacional contra el terrorismo y condenó su inclusión en la lista de Estados calificados por la administración estadounidense como patrocinadores del terrorismo”.
El portavoz de esta instancia en Washington, Alberto González, declaró que su país “ha cumplido, cumple y cumplirá con las medidas de seguridad reconocidas internacionalmente para estos casos”, y señaló que el pueblo cubano “no reconoce autoridad moral alguna al gobierno de EE.UU. para certificar su inclusión y la de los cubanos en este tipo de listado”.
Infiltraciones, ataques, asesinatos sin piedad, son los actos que los cubanos hemos sufrido en carne propia, protagonizados por grupos provenientes de ese poderoso país, un lugar donde sí se ceba y se desarrolla el terrorismo mundial.
Todas las acciones hostiles y agresivas ejecutadas contra Cuba desde el mismo triunfo de la Revolución hasta el presente, han causado enormes pérdidas materiales y humanas al pueblo cubano, así como incalculable sufrimiento a sus ciudadanos.
Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos, y todos sus presidentes, de una manera o de otra, se han mostrado indiferentes ante hechos que harían temblar el corazón de cualquier ser humano. Bueno, qué otra cosa se puede pensar si allí no se asombran porque cada día mueran un promedio de 80 personas por armas de fuego, que ya es mucho decir. ¿Y la guerra de Irak, qué es? Terrorismo guerrerista del puro.
Es indignante acusar a un país como Cuba de terrorista. En su propia casa, el gobierno de Estados Unidos ha quedado descaracterizado por uno de los columnistas del Washington Post, Eugene Robinson, cuando al abordar este tema tan caliente en el mundo hoy, aseguró: “…Cuba no es un Estado fracasado, donde se encuentran franjas de territorio fuera del control del Gobierno, sino que es una de las sociedades más duramente bloqueadas del mundo, un lugar donde la idea de que un ciudadano pueda conseguir y llevar en sus manos explosivos plásticos, armas o aditamentos terroristas de cualquier tipo, es simplemente ridícula…”
Y burlesco es cuanto más traten de decir que somos terroristas. Más todavía, cuando los medios de información siguen la rima, publicando una risible mentira. Y sin un solo argumento.
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