EEUU ha combinado sus intereses geopolíticos con sus intereses domésticos, manifestado sus reservas sobre proyectos revolucionarios en la región, tanto en el plano doméstico como en el internacional.
Estados Unidos ha tenido diversas respuestas a los temas del cambio político y a la política exterior de algunos gobiernos en el continente americano. Washington posee un historial de negociaciones con países que llegaron a acuerdos de convivencia, a pesar de su deseo de tener una política independiente. Las relaciones entre EEUU y América Latina y el Caribe han sido -en la mayoría de los casos- respetuosas y estables.
Desde el siglo XX, Estados Unidos ha seguido una política hemisférica global que se ha puesto a prueba al menos en cuatro oportunidades: Durante la Primera Guerra Mundial se desplazó la presencia geopolítica europea. En la Segunda Guerra Mundial la contención del Eje se convirtió desde 1947 en la contención de la Unión Soviética. La Crisis de los Cohetes en 1962 garantizó la existencia de Cuba y a su vez su vinculación con la URSS. La Guerra de Las Malvinas en 1982 enfrentó militarmente a Washington en contra de un país latinoamericano y sus aliados.
En este contexto, Estados Unidos ha combinado sus intereses geopolíticos con sus intereses domésticos, manifestado sus reservas sobre proyectos revolucionarios en la región, tanto en el plano doméstico como en el internacional. Este objetivo se ha basado en cuatro pilares históricos: 1) la defensa continental; 2) una alianza fuerte, multilateral y bilateral; 3) contener la presencia de potencias extra-continentales y 4) evitar la propagación de gobiernos radicales. A veces Washington ha cumplido sus objetivos y a veces no, sea a través de la negociación o de la confrontación.
Leave a Reply
You must be logged in to post a comment.