Venezuelan President Nicolás Maduro arrested a number of private shop owners as he considered them responsible for the country’s apparent food shortage, resulting in kilometer long queues simply to buy chicken, soap or even a packet of aspirin. Maduro is putting a good deal of effort into continuing his so-far successful campaign to eliminate the free press and to throw the opposition behind bars. His enthusiasm has also lead him to request external aid, he has even written conciliatory letters to Barack Obama, informing him of the consequences of a potential Boliviarian revolution.
Maduro believes that wholesalers are involved in an economic war and are promoting public discontent against his government. He has promised that those responsible will be pursued, as the Venezuelan economic crisis and the widespread food shortage are, according to him, all part of a popular conspiracy to cause unrest within his government.
Alongside the battle against shop owners and pharmacies, the siege continues to wage war against press agencies refusing to follow government instructions. On Jan. 27, newspaper Tal Cual will permanently be withdrawn from circulation after 15 years of existence. The paper was founded by Teodoro Petkoff, who soon established himself as a fervent critic of the Chávez regime, and has since taken up a similar stance with regard to his successor.
A letter from the paper’s managing body suggests that it was forced to close as 7 lawsuits had been filed against it in 15 years of existence. It had also been subject to severe inspections by state institutions such as Social Security and the Ministry of Labor. Not only this, but it suffered repeated harassment against its board of directors by several government authorities. Finally, advertisers were under pressure not to purchase publicity spots in the newspaper.
Relentless and tireless in the face of those who oppose him, Maduro has something in common with Barack Obama. He announced to the press that he would be sending a letter to the U.S. President and that he had already requested support from USAN representative Ernesto Samper, and president pro tempore of the Latin-American organization CELAC, Rafael Correa. In this way, he hopes to reject the sanctions imposed upon Venezuelan civil servants and open negotiations with the U.S.
Maduro is convinced that the president does not control [U.S] policy toward Venezuela, deeming the situation "out of control" and "utter chaos." It is the "Miami Mafia,” made up of traitors to the fatherland that makes the decisions. For the Venezuelan leader, Obama is good, but incompetent.
EL PRESIDENTE Nicolás Maduro arresta a decenas de empresarios privados porque los considera culpables de la escasez de alimentos que tiene al país en una misma cola kilométrica para comprar un pollo, un jabón o un paquete de aspirinas. El dirigente continúa con afán y éxito su campaña para eliminar la prensa libre y pone en el cubo de la basura o detrás de una reja a la oposición. Con igual vehemencia pide ayuda exterior y escribe cartas conciliatorias para que Barack Obama comprenda los avatares de una revolución bolivariana.
El heredero de Hugo Chávez cree que los mayoristas están implicados en una guerra económica y promueven el descontento popular contra su Gobierno. Dijo que serán perseguidos hasta sus madrigueras porque la crisis económica de Venezuela y la escasez generalizada de alimentos son parte de un complot de la oligarquía para desestabilizar su Administración.
Junto a esa guerra contra los dueños de tiendas y farmacias se mantiene el asedio a los medios de prensa que no siguen las instrucciones del Palacio de Miraflores. El día 27 de este mes dejará de circular el periódico Tal Cual, fundado hace 15 años por Teodoro Petkoff, que surgió como una voz critica al régimen de Chávez y continuó con similar posición frente a su sucesor.
Una nota de la dirección de Tal Cual indica que el periódico se ve obligado a cerrar porque ha recibido siete demandas judiciales a lo largo de su existencia, así como un severo escrutinio de entes como la Seguridad Social y el Ministerio del Trabajo. A esos elementos hay que añadirle un proceso de acoso contra sus directivos de diversas instancias del Gobierno y la presión sobre los anunciantes para que no contrataran espacios publicitarios en las páginas del diario.
Implacable y tenaz contra quienes no lo aplauden en su país, Maduro se muestra comprensivo con Barack Obama. Anunció a la prensa que le escribiría una carta y le ha pedido ayuda a Ernesto Samper, representante de UNASUR y Rafael Correa, presidente pro témpore de la CELAC para rechazar las sanciones impuestas a funcionarios venezolanos y llegar a un diálogo con Estados Unidos.
Maduro está convencido de que el presidente no controla la política hacia Venezuela porque «se les fue de las manos, es un caos». Es la «mafia mayamera», integrada por traidores a la patria, la que traza las líneas. Para el líder chavista Obama es bueno pero incompetente.
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