In the most recent cases, two assailants beat an 89-year-old woman in the face and set fire to her clothes. In San Francisco, an 84-year-old man went out for a walk one morning and never returned. He was beaten to death. In Mountain View, California, two friends were quietly eating in an open-air restaurant and a woman passed by and spit on them. The only thing the victims of the apparent crimes have in common is that they are U.S. citizens of Asian heritage, and the assailants assumed that they were Chinese.
Since last year when, when the pandemic was declared and President Donald Trump began calling COVID-19 the “China Virus,” “the China Plague” and “Kung Flu,” violent street attacks against people who are thought to be Chinese have increased by 150%. The victims are being unjustly scapegoated by ordinary people who are extremely frustrated and angered by the economic and social impact that COVID-19 has left in its wake.
Trump always and constantly blamed China for the spread of COVID-19; consequently, since last March, people who appear to be Asian have been discriminated against and looked down upon. Asian Americans have lost customers at their places of business, their children are teased and more than 3,000 cases of violent incidents against Asian Americans have been reported to the police in the last 10 months.
While hate crimes — defined by the FBI as attacks and offenses motivated by race, religion or sexual orientation — declined by 7% last year against Black people, Latinos and homosexuals, hate crimes committed against Asians in 2020 were worse than they had been in a century.
Most of those who have suffered attacks were older than 60, mostly women who spoke little English. The incidents have occurred particularly in New York, which has the highest number of Asian residents in the country, but also in places such as Philadelphia, Pennsylvania; Cleveland, Ohio; and the cities of Los Angeles, San Jose/ and San Francisco, California, where a 91-year-old man was thrown to the ground by another passerby who shouted, “go back to China.” The elderly man turned out to be Japanese, but here they look the same in what is derisively called “Corona Wuhan.”
Throughout the history of this country, ethnic minorities have been blamed for contagious diseases, as was the case in 2009 with the swine flu that was associated with Mexican Americans. In 2003, with SARS, or Acute Respiratory Syndrome, it was Chinese Americans, while HIV was connected to Haitians and homosexuals.
Long ago, people believed the black or bubonic plague came from Jews, typhoid was spread by the Irish and the influenza pandemic of 1918 was the Germans’ fault. But in the United States, Asian Americans — a community that is not monolithic but made up of people whose families come from China, Japan, the Philippines and Korea, among other places — have been blamed for spreading illness throughout history.
During World War II, the government imprisoned approximately 120,000 U.S. citizens of Japanese origin based on their race, destroying entire communities in California, Washington and Oregon, where it forced Japanese business owners to close their doors and Japanese residents to give up their homes before they were transported to detention centers in rural Colorado and Wyoming.
There is no doubt that Trump, with his incendiary and xenophobic rhetoric, inflamed passionate responses unjustly linking the virus to Asian Americans, in effect giving permission to attack them. It’s going to take time and education to mitigate the danger that he exposed them to. President Joe Biden has condemned racism against Asian Americans, and has recognized that they are being forced to live in fear for their lives simply by walking the streets of the United States. Unfortunately, they are not the only ones.
En los casos más recientes dos asaltantes en Brooklyn, Nueva York, golpearon a una anciana de 89 años en la cara y le prendieron fuego a su ropa. En San Francisco un hombre de 84 una mañana salió a caminar y nunca regresó. Lo mataron a golpes. En Mountain View dos amigos comían tranquilamente en un restaurante al aire libre y una mujer pasó y los escupió. El supuesto delito y lo único que todos ellos tienen en común es que son estadounidenses de origen asiáticos y sus agresores dieron por hecho que eran chinos.
Durante el último año, desde que la pandemia fue declarada y el entonces presidente Donald Trump empezó a llamar al coronavirus, el “virus chino”, “plaga china” o “Kung Flu”, los ataques violentos en las calles hacia las personas que se piensa son chinos se han incrementado en un 150 por ciento. Injustamente se les han tomado como chivos expiatorios por gente ordinaria sumamente frustrada y enojada por el impacto económico y social que ha dejado a su paso la Covid-19.
Trump culpó siempre y constantemente a China por la propagación del virus, en consecuencia desde marzo pasado aquellos de aspecto asiático han sido discriminados y mal vistos. Nadie acude a sus negocios, sus niños son blanco de burlas y los incidentes violentos en su contra reportados a la policía, han rebasado los tres mil casos en los últimos diez meses.
Mientras los crímenes de odio -definidos por el FBI como ataques y ofensas motivados por la raza, la religión o la orientación sexual- disminuyeron en el último año un siete por ciento hacia los negros, los latinos y los homosexuales, los asiáticos tuvieron en 2020 el peor año en agresiones en lo que va del siglo.
Los ataques los han sufrido sobre todo personas mayores de 60 años, en su mayoría mujeres con poco dominio del inglés. Y se han dado sobre todo en Nueva York, la ciudad con mayor número de asiáticos en el país, pero también con frecuencia han ocurrido en otros sitios como Filadelfia, Cleveland, Los Ángeles, San José y San Francisco, donde un hombre de 91 años fue tirado al suelo por otro transeúnte, que le gritó “regrésate a China”. El anciano resultó japonés pero aquí les parecen iguales y a todos en burla les llaman CoronaWuhan.
A través de la historia de este país se ha culpado a otras minorías étnicas de las enfermedad contagiosas, como fue el caso en 2009 de la Gripe Porcina cuando se asociaba a los mexicoamericanos con ella; en 2003 el SARS o Síndrome Respiratorio Agudo fueron los chinoamericanos, mientras que al HIV se le ha relacionado con los haitianos y con los homosexuales.
Mucho antes la gente creía que la Peste Negra o Bubónica venía de los judíos; que la tifoidea era esparcida por los irlandeses, mientras que la pandemia de la influenza en 1918 se le achacaba a los alemanes. Pero en Estados Unidos los asiamericanos, una comunidad que no es monolítica sino compuesta por personas cuyas familias vinieron de China, Japón, Filipinas, Corea y otros lugares son quienes a lo largo de la historia, se les ha culpado de propagar enfermedades.
La historia del racismo hacia los chinos es larga, de hecho en 1882 se prohibió completamente la entrada de inmigrantes de ese país a los Estados Unidos. La primera ley que excluyó del país a toda una nación. Se les culpaba de robarle los empleos a los hombres blancos, se decía que eran sucios y que portaban enfermedades.
Durante la Segunda Guerra Mundial el gobierno encarceló a cerca de 120 mil ciudadanos estadounidenses de origen japonés, solo por su raza, destruyendo comunidades enteras en los estados de California, Washington y Oregon, donde se obligó a los japoneses propietarios de negocios a cerrar sus puertas, a los residentes a regalar sus casas, mientras ellos fueron trasladados a centros de detención en áreas rurales de Colorado y Wyoming.
Trump, no cabe duda, con su retórica incendiaria y xenófoba, inflamó las pasiones ligando injustamente al coronavirus con los asiáticos. En otras palabras les dio permiso para actuar en su contra.
Va a llevar tiempo y educación mitigar el daño que les hizo. El presidente Joe Biden ha condenado el racismo hacia ellos y ha reconocido que están siendo obligados a vivir con temor por sus vidas al simplemente caminar por las calles de Estados Unidos. Desafortunadamente no son los únicos.
This post appeared on the front page as a direct link to the original article with the above link
.