the Republicans win control of Congress, they are determined to slow down President Biden's economic agenda and complicate his plans to control inflation
From a global perspective, midterm elections in the United States are usually not as interesting as presidential elections. Now, given the serious polarization in the United States, things are very different.
It’s not an overstatement to say that the U.S. is at a critical point in its history. This election does not merely define a new profile of the United States and measure how effective Joe Biden’s administration is, but it threatens to deepen the country’s sharp political divide and compromise the strength of its democracy.
It is no surprise that the world is watching events in the United States with some concern about the election and what the results may mean in terms of global crises and U.S. policy on issues facing the international economic agenda.
Although they are not on the ballot, Biden and Donald Trump are confronting each other again in a sort of referendum that, in addition to risking the how effective the Democrats’ initiatives will be over the next two years, anticipates the 2024 presidential race and allows us to measure how strong Trump really is within the Republican Party.
The latest poll averages from Real Clear Politics indicate that the Republican Party will have a 2 1/2 point advantage toward a majority in the House of Representatives (48% Republican vs. 45% Democrats). Even though these polls suggest that the Senate race will be tight, Republicans have been gaining ground that could compromise the Democrats' precarious majority.*
If the Republicans win control of Congress, they are determined to slow down President Biden's economic agenda and complicate his plans to control inflation and respond to global crises. House Minority Leader Kevin McCarthy has even announced that Republicans will oppose aid for Ukraine. There is more to come if the Republicans win the Senate.
The most important issue the election will be the result margins. In other words, results will show whether voters are narrowly divided or whether Republicans will prevail by wide margins. This is all relevant to figuring out what voters will tend to do in the 2024 presidential election.
From our regional point of view, it’s clear that the confrontation between Republicans and Democrats will exacerbate the debate on migration, which may again lead to reductionist positions that further complicate cooperation.
In any event, the dynamic and complex relationship with our neighbor to the north involves a strong level of interdependence that requires both sides to look beyond the current situation given our long-term and mutually beneficial partnership with the United States..
*Editor’s note: Although the midterm elections have now occurred, as of Nov. 10, political control of the House and Senate are still to be determined.
El mundo y las elecciones en EU
Si los republicanos efectivamente llegan a controlar el Congreso, se empeñarán en frenar la agenda económica del presidente Biden y habrán de complicar sus proyectos para controlar la inflación
Desde la perspectiva mundial, normalmente las elecciones intermedias en Estados Unidos suelen ser de menos interés que las presidenciales. Ahora, en el marco de una gran polarización en ese país las cosas podrían ser bien diferentes.
Sin temor a exagerar, vemos que EU se encuentra en un punto crítico de su historia. Esta elección no sólo definirá el nuevo perfil del Congreso norteamericano y la efectividad del gobierno de Biden, sino que amenaza con acentuar las profundas divisiones en la vida política del país y comprometer la viabilidad misma de su democracia.
De ahí, no es de sorprender que el mundo observa atentamente los sucesos en Estados Unidos con una cierta preocupación sobre lo que el resultado electoral puede implicar tanto frente a las crisis globales, como con respecto a las posiciones norteamericanas en torno a los temas de la agenda económica internacional.
Aunque no aparecen en las boletas, Biden y Trump se enfrentan nuevamente en una suerte de referéndum que, además de poner en juego la efectividad del proyecto de gobierno de los demócratas durante los próximos dos años, anticipa la contienda de 2024 y permitirá medir la fuerza real de Trump en el seno del Partido Republicano.
Según el promedio de las últimas encuestas de Real Clear Politics, el Partido Republicano tendría una ventaja de 2.5 puntos porcentuales que le daría la mayoría en la Cámara de Representantes (47.9% republicanos vs. 45.4 demócratas). Aun cuando dichas encuestas sugieren que la competencia en el Senado será más reñida, los republicanos han venido ganando terreno lo que podría comprometer la precaria mayoría de los demócratas.
Si los republicanos efectivamente llegan a controlar el Congreso, se empeñarán en frenar la agenda económica del presidente Biden y habrán de complicar sus proyectos para controlar la inflación y responder a las crisis globales. Inclusive, tal como lo ha anunciado Kevin McCarthy, el líder republicano en la Cámara de Representantes, se opondrán a los programas de ayuda a Ucrania. Más aún, si ganan el Senado.
La cuestión de más trascendencia en estos comicios habrá de verse en los márgenes de los resultados. En otras palabras, habrá que observar si la contienda revela una cerrada división del electorado o, si por el contrario, los republicanos ganarán por un margen más amplio. Ello con vistas a determinar cuál será la tendencia hacia las elecciones presidenciales de 2024.
En nuestro ámbito regional, es evidente que la confrontación entre republicanos y demócratas habrá exacerbar el debate sobre la migración lo que puede derivar nuevamente en posiciones reduccionistas que compliquen aún más la cooperación en este ámbito.
Como quiera que sea, la dinámica y compleja relación con nuestro vecino del Norte entraña sólidos lazos de interdependencia que obliga a ambas partes a mirar por encima de situaciones coyunturales, ya que nuestra asociación en Norteamérica es de largo plazo y mutuamente benéfica.
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Ukraine's survival must be assured if it is to endure as a bulwark against Russia. And the West will only succeed in this aim if it acts collectively as one.