Contemporary Fascism in the United States

<--

Fascismo corriente en Estados Unidos

Por: Néstor Núñez

Sobre el tema del fascismo corriente tratan un documental del cine soviético que resume el absurdo paquete de embustes con los cuales los nazis intentaron justificar su pretendida superioridad con respecto a los demás pueblos del planeta, y los brutales crímenes cometidos contra la humanidad.

En la Alemania de entonces se hablaba elogiosamente de las ‘guerras de limpieza étnica’ y su ‘perentoria necesidad’ para purificar al mundo. Los campos de concentración donde perecieron millones de rusos, eslavos, judíos y otras nacionalidades europeas, fueron una ‘bendición’ en esa purga universal.

Transcurridos más de seis decenios de aquellos crímenes, parecía que nada igual saldría nuevamente a la luz en la historia de nuestra especie. Sin embargo, el gobierno de George W. Bush y el poder legislativo norteamericano acaban de reabrir una página similar al establecer la ‘legalidad’ de la tortura contra pretendidos oponentes.

A partir de la nueva ley para los tribunales y autoridades de los Estados Unidos la Convención de Ginebra que prohíbe el maltrato y los vejámenes a los detenidos resulta obsoleta y hasta inconveniente.

La batalla legislativa fue insistente desde la Oficina Oval. El Presidente necesitaba colocar su ‘ley’ en activo antes de las cercanas elecciones parciales y el riesgo de que su partido, el Republicano, perdiese su actual mayoría en el Congreso.

Los neoconservadores lograron su propósito. La controvertida y parcializada ‘guerra contra el terrorismo’ de W. Bush cuenta ahora con un instrumento especial para repetir los atroces episodios de Abu Ghraib y Guantánamo, pero esta vez bajo toda una apariencia de normalidad y reconocimiento oficial.

Hay verdades que saltan a la vista a partir de este serio y bochornoso paso adoptado por los sacrosantos poderes de la Unión. Como advirtiera incluso el ex secretario de Estado, Colin Powell, la imagen de los Estados Unidos ha sido severamente dañada al admitir oficialmente la tortura contra los prisioneros.Pero el cuento sigue.

Ahora es mucho más evidente la falsa historieta de que en Abu Ghraib y Guantánamo las salvajadas contra los detenidos fueron obra de individuos aislados.Como se dijo muchas veces entonces, había subyacente toda una política de violencia que hoy ya es ley constante y sonante.

Y a estas alturas cabe preguntarse si con la aprobación del uso de los apremios agresivos contra los detenidos, tiene Washington un ápice de moral para decir que no enviará al terrorista Luis Posada Carriles a la justicia venezolana, porque, según un juez local, podría ser torturado por el gobierno de Caracas.

El gobierno de los Estados Unidos ha dado un desvergonzado paso que la comunidad internacional no pasará por alto y debiera ser además estímulo adicional para el rechazo del propio pueblo norteamericano a la actual administración.

Veremos que sucede ahora en Consejo de la ONU para los Derechos Humanos, que en sus tiempos de vida como Comisión fue escenario de la resistencia de los poderosos a investigar las denuncias de maltratos contra los ‘combatientes enemigos’ retenidos en la ilegal base naval estadounidense de Guantánamo.

De hecho, varios funcionarios de esa entidad de Naciones Unidas calificaron de inmoral y violatorio de las prerrogativas ciudadanas la discusión de lo que fuera proyecto de ley presentado por la Casa Blanca. Ahora, ya asentado su contenido en los legajos del imperio, lo menos que se puede esperar es la solicitud de una memorable sanción contra los nazis de este siglo.

About this publication