Iniciaremos por establecer que Guatemala no es un país apropiado para recibir emigrantes de EE. UU. Su espacio urbano regional es tremendamente inestable, después de haber sufrido fenómenos sociales de toda índole, corrupción, violencia y fenómenos naturales como terremotos, inundaciones y deslaves, que son inevitables.
Además, la población de Guatemala es la más numerosa entre los países del istmo centroamericano. Es el doble de lo observado en Honduras, el Salvador y Nicaragua. Ello ha sido el resultado de una elevada fecundidad —la más alta de la región latinoamericana— y de la disminución de la mortalidad.
“El 48% de la población de Guatemala reside en las regiones metropolitana y suroccidental . Es donde está el poder político y económico y cerca de la cuarta parte en el departamento de Guatemala, donde se ubica la ciudad capital y alberga a más de la mitad de la población urbana del país”. (ONU).
Lo más preocupante es que para el 11 de octubre se habían acumulado más de 476 mil migrantes pendientes de asilo en Estados Unidos y 340,801 solicitudes afirmativas con el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos a fines del año fiscal 2019, que concluyó el 30 de septiembre. (PL).
Otra tragedia de Guatemala es la utilización de nuestro territorio como paso del narcotráfico hacia EE. UU. por México. En que utilizan aeronaves ultraligeras y las destruyen en tierra. La Fiscalía de Guatemala señala que el narcotráfico ha tomado varios departamentos, ciudades y pueblos, donde han lavado dinero adquiriendo propiedades en diferentes partes del país y, en especial, cerca de las fronteras. Según la Fiscalía, esto les ha permitido obtener pistas de aterrizaje para esas avionetas que vienen de Colombia y se señala a los departamentos de San Marcos, Chiquimula, Zacapa, Izabal, Cobán, Retalhuleu, Coatepeque. En especial el departamento del Petén, que por presión el Ejército empezó a deshacer las pistas de aterrizaje, encontrando 80 aviones abandonados por el narcotráfico, el último fue la semana pasada.
El ministro de Gobernación, Enrique Degenhart, sin conocimiento de problemas urbanos regionales ni de seguridad, irresponsablemente firmó un convenio con Kevin McAleenan para renviar a todos aquellos solicitantes de asilo en EE. UU. a Guatemala. De acuerdo a esta negociación, serían hondureños y salvadoreños, quienes podrían determinar el uso de diferentes aeropuertos, incluyendo el de Petén. Este se firmó el 26 de julio, pero aún no hay fecha específica para que sea implementado.
Hay una inconveniencia al priorizar el equipo bélico, en detrimento del gasto social prioritario.
Alfonso Yurrita Cuesta
Paralelamente a este desastre nacional, existe una gigantesca red de corrupción que atraviesa todos los niveles del Estado. A primera vista el presupuesto del Estado contiene una meta no alcanzable. En la actualidad, los problemas sociales de Guatemala, sumados a los desajustes económicos y políticos, lo hacen ser uno de los países con mayor índice de violencia y corrupción alarmante. En que el analfabetismo es otro de los graves problemas presentes, para el 2015 había un millón 300 mil personas que no sabían leer ni escribir.
El Ministerio de Gobernación ha sido la cartera que más ha restado espacio presupuestario. Y se han reducido los presupuestos esenciales para educación y salud. Una muestra de la ignorancia socioeconómica, con una mayor asignación presupuestaria también al Ministerio de la Defensa Nacional en adquisición de equipo militar denominado “defensa del espacio aéreo”, donde es posible que sean los famosos aviones Pampa argentinos del presidente, con Q200 mil millones, (Icefi).
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