Biden
Urge que EU vuelva a ser un ejemplo de democracia de vieja escuela, esa que se atiene mínimamente a las leyes
Escribo estas líneas antes de que conozcamos los resultados de la elección gringa, y las escribo con cierta sorpresa por el modo en que prolifera en medios y redes esta pregunta: “Ok, Trump es nefasto, pero ¿su triunfo no le conviene a México más que el de Biden?” Seré breve: no.
La primera razón nos compete a nosotros y al mundo entero, con el que, recordemos, seguimos conectados a pesar de las fobias de nuestro Presidente.
La derrota de Trump es indispensable por razones muy dispares, que van de la seguridad del planeta –tenerlo en negociaciones con Corea del Norte, entre piropos y competencias tipo a ver quién la tiene más grande con Kim–, al cambio climático, a la necesidad de un revés para los populismos que proliferan en el mundo.
Porque sí, vivimos en un tiempo muy feíto: bravucón, machín, xenófobo, racista, autoritario, teflonado a cualquier forma de conocimiento, improvisado, patriotero y gritón.
Hablo, ya saben, de ese dream team que incluye a Putin, a Erdogan, a Maduro, a Ortega, a quien sea que mangonee a los cubanos, a Orban, a Bolsonaro y a nuestro líder, entre muchos.
Sí: urge que Estados Unidos vuelva a ser un ejemplo de democracia de vieja escuela, esa que se atiene mínimamente a las leyes, que respeta ciertas formas, que no apuesta a la autodestrucción como vía de perpetuación en el poder.
La que entendía cosas más o menos básicas: que los líderes providenciales son siempre más dañinos que los que respetan las bases de la democracia-democracia, que el nacionalismo es aberrante y peligroso, que las arremetidas contra los medios son siempre una señal de mala salud democrática.
Las otras son razones más locales, si quieren llamarlas así. ¿Necesitamos aquí un baño de democracia? Como agua en mayo.
Pero es que, aparte, tampoco creo que ponerse en plan realpolitik sea muy inteligente. ¿De veras creen que el nuevo TLC está más a salvo con la volatilidad patriotera de Trump que con el aparente filosindicalismo de Biden? ¿En serio piensan que hay una conexión entre nuestro presidente y el Agente Naranja, que no tiene conexión con nadie más que consigo mismo y que te palmea la cabeza exactamente hasta el momento en que te le dejas de cuadrar un segundito?
Más de fondo: ¿de veras nos viene bien tragarnos tanto racismo, tantos insultos, tanto muro? ¿Puede convenirle al país que quieran que gobierne a la primera potencia semejante misógino, semejante corrupto, semejante racista? ¿Y los niños encarcelados? ¿Y los dreamers?
Creo que la pregunta misma, ese “¿no le conviene a México?”, retrata los tiempos que vivimos.
El populismo es la derrota de la racionalidad, la normalización del disparate.
Es preguntarte si realmente es malo que un presidente insulte a la ciudadanía, o que sea racista, o que hable de las mujeres de esa manera infame. El disparate es Donald Trump.
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