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A US Law for Ecuador

January 2, 2023

Published in El Universo
(Ecuador) on 21 December 2022
by Mauricio Gándara Gallegos (link to original link to original)

Translated from by Hannah Adams. Edited by Helaine Schweitzer.

The U.S. Congress approved a law a few days ago to take effect in Ecuador and promote cooperation in several areas.* Since a country’s law may only affect those within its borders, one can assume that this is tantamount to an American legislative measure authorizing its own administration to carry out acts of cooperation with Ecuador. As Ecuador does not have an equivalent legislative process, but rather the ability to have rejected the current law while it was being drafted, it is also conceivable that the Ecuadorian president could sign cooperation agreements with the U.S. that do not require authorization from the Assembly. In the areas of cooperation that have been highlighted, Ecuador needs support; especially in those matters related to security, as many of these issues stem from the U.S.’ anti-drug policy. Such cooperation would be like a mini–Marshall Plan to repair the damage Ecuador continues to suffer as a result of this American policy that, generally speaking, has been unsuccessful. Passage of this U.S. law coincides – if not deliberately planned to do so – with President Guillermo Lasso’s visit with President Joe Biden, the outcome of which we will know eventually. The law passed by Congress is part of the U.S.’ defense program..

It is unheard of that a law has been enacted to achieve this cooperation, something that we do not object to as such but which sets a dangerous precedent. As I mentioned a few months ago, I remember the Platt Amendment, a U.S. law that controlled Cuban customs and reserved the right to authorize or prevent Cuba from taking on loans. It is essential to always remember that when the weak and the strong become allies, the latter always wins.

The matters that the Ecuadorian president discussed with President Biden fall within the scope of that law, that is to say, they include matters of security, environmental conservation, immigration and economic cooperation. Under the law, the U.S. is providing two small Coast Guard cutters, purportedly chosen because they are part of the U.S. surplus fleet. In commercial matters, the law requires the parties to adhere to international “Most Favored Nation” principles to ensure that Ecuador receives the commercial advantages that Colombia and Peru have in their free trade agreements.

The law maintains reference to the challenges that can be presented by the malicious activities of foreign powers, which means Ecuador must subject itself to American review, something that affects our sovereignty. This entails an unnecessary reference to China, with whom a free-trade agreement is being discussed.

The support of the Ministry of Foreign Affairs and Migration for this U.S. law suggests there will be a showdown with the National Assembly that rejected and condemned it on June 16 while it was still a U.S. Senate bill for “interfering and intervening” in the affairs of Ecuador.

*Editor's note: The author is referring to the United States-Ecuador Partnership Act of 2022.

El Congreso de Estados Unidos aprobó hace pocos días una ley para que tenga efectos en Ecuador y fomentar la cooperación en varias áreas. Como el ámbito de la ley de un país solo puede tener efectos en su propio territorio, podría suponerse que se trata de una medida legislativa norteamericana para autorizar a su propia administración a realizar actos de cooperación con el Ecuador. Como no existe una autorización legislativa similar ecuatoriana –sino un rechazo anterior cuando la ley actual era solo un proyecto– es de suponerse, también, que el presidente ecuatoriano podría suscribir convenios de cooperación con Estados Unidos en áreas específicas para los que no requiere autorización de la Asamblea. En las áreas de cooperación señaladas, el Ecuador requiere de apoyo; las referentes a la seguridad con mayor razón, porque muchas de ellas tienen su origen en la política antidrogas de los Estados Unidos. Sería esta cooperación como un mini Plan Marshall para reparar los daños que sufre Ecuador por esta política estadounidense que, en términos generales, ha fracasado. La aprobación de esta ley de los Estados Unidos coincide –si no fue planeada– con la visita del presidente Lasso al presidente Biden, cuyos resultados iremos progresivamente conociendo. Esta ley del Congreso ha sido incluida como parte de los programas de Defensa norteamericanos.

Es insólito que para esta cooperación –que no la objetamos como tal– se haya dictado una ley, lo que constituye un peligroso precedente: yo recuerdo –como lo mencioné hace pocos meses– la ley norteamericana llamada la Enmienda Platt, según la cual los Estados Unidos controlaban las aduanas cubanas, y se reservaban el derecho de autorizar o no a Cuba el contratar empréstitos. Hay que tener siempre en cuenta que cuando se alían el débil con el fuerte, siempre gana este último.

Las materias tratadas por el presidente ecuatoriano con el norteamericano están dentro del ámbito de esa ley, es decir, materias de seguridad, conservación del medioambiente, migración, cooperación económica; en la ley se menciona una donación de dos pequeñas embarcaciones guardacostas (cutters), que se pensaría son usadas porque se dice que son de exceso. En materia comercial, se debería invocar el principio internacional de “Cláusula de la nación más favorecida”, para pedir para Ecuador las ventajas comerciales que tienen Colombia y Perú en sus tratados de libre comercio.

En esta ley se ha mantenido la referencia del proyecto inicial a los desafíos que puedan presentar actividades maliciosas de potencias foráneas, lo que significa someternos a la calificación de los Estados Unidos, lo que afecta a nuestra soberanía. Esto conlleva una innecesaria referencia a China, con la que se está discutiendo un Tratado de Libre Comercio.

El apoyo de Cancillería para la aprobación de esta ley de Estados Unidos implica un enfrentamiento con la Asamblea Nacional que, el 16 de junio último, la rechazó y condenó por pretensiones “injerencionistas e intervencionistas”, cuando era solamente un proyecto del Senado. (O)

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