El viaje de Biden a Polonia
A finales de enero surgieron rumores sobre si el presidente Joe Biden decidiría viajar a Europa días antes de que se cumpliera un año de la invasión rusa a territorio ucraniano. Por semanas se especuló si sería Polonia, algún país de Europa del Este o la misma Ucrania. Con la agenda tan apretada y con lo peligroso que sería visitar un país en guerra, la Casa Blanca trató de declarar que lo más seguro era que no se realizaría el viaje dejando incógnitas sobre una posible conmemoración, discurso o evento especial sobre Ucrania para motivarla ante ya un año de guerra que está por cumplirse en los próximos días.
Estados Unidos es uno de los principales países de la OTAN que ha tratado de buscar los medios, no sólo para crear nuevos presupuestos de envío de armamento a Ucrania, los cuales ya rebasan los más de dos mil millones de dólares, sino también ha persuadido a distintos países aliados para que hagan lo mismo y realicen envíos de tanques, sistemas de defensa, municiones y artillería pesada para Ucrania. Asimismo, otro de los países que ha estado casi igual de activo enviando armamento y entrenando soldados ucranianos, aunque con menos presupuesto, es Polonia. En esta lista de países, también se encuentra Reino Unido.
Todos los países enrolados en estas misivas saben perfectamente lo que sucedería si Rusia gana la guerra. Prácticamente, Europa se vería amenazada ante una victoria rusa y su futuro quedaría en manos de lo que decida el expansionismo ruso. Ya ni hablemos de la amenaza nuclear rusa.
Ante este movimiento tan brusco en las últimas semanas con viajes, cumbres, reuniones en Rammstein, Bruselas y algunos otros puntos de Europa, me parece que el mandatario estadunidense tenía el compromiso de realizar una visita cercana al territorio invadido o tener la iniciativa desde un país de la OTAN y con buen potencial, para conmemorar y condenar lo que sucede en esas latitudes. Visitar Ucrania era un volado y hasta peligroso para el presidente Biden, pues cualquier cosa podría pasar ante una Rusia frustrada por el masivo apoyo occidental a Ucrania. La amenaza es real, aunque no lleguemos a un extremo total.
En días pasados, el portavoz del Pentágono, John Kirby, declaró que el presidente Joe Biden estaría viajando del 20 al 22 de febrero a Polonia. Esto, casi a un año de la última visita de Biden a territorio polaco en marzo de 2022.
Más allá de visitar Varsovia, reunirse con el presidente Andrzej Duda y demostrar la cooperación polaco-estadunidense, queda claro que el presidente Biden viaja para mostrar su solidaridad a Ucrania y dar un discurso a las puertas de Bielorrusia, como también donde se lleva a cabo la guerra. No desestimo que el presidente ucraniano viaje a Polonia para encontrarse con Biden, pero, hasta el momento, no se tienen muchos detalles de la visita.
El viaje de la próxima semana será un minioxígeno, pero no hay duda de que Biden llevará cargando no sólo el tema de la guerra o el escándalo del gasoducto Nord Stream, sino también las preocupaciones internas de los objetivos no identificados en espacio aéreo estadunidense, el globo chino, la deuda interna del país, su popularidad y cómo avanza la agenda interna en el Congreso.
En el marco de la visita a Polonia, Vladimir Putin estará rindiendo su informe anual presidencial el 21 de febrero ante la Asamblea Federal de Rusia en el Gostiny Dvor, muy cerca del Kremlin. ¿Coincidencia? Los reportes hablan de que Biden lo verá desde Polonia.
¿Habrá sorpresas desde Varsovia o Moscú?
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