Bob Menendez, Enemy of Cuba

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Al terminar de hablar en una sección conjunta del Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el presidente Joseph Biden, caminando por un pasillo, saludó al flamante senador Robert Menéndez y casi le gritó que tenía que hablar seriamente con él acerca de Cuba.

Perfectamente se oyó la voz del Presidente decirle eso al Senador. Ha pasado el tiempo y nada sabemos de si esa conversación se ha llevado a cabo y mucho menos sabemos qué se puede haber discutido en ella.

Como todos sabemos, Mr. Biden sigue manteniendo las crueles sanciones que el impresentable Donald Trump le impuso a la isla, incluyendo la de poner a Cuba en la espuria lista que fabrica anualmente el Gobierno de este país para acusar, a quien le dé la gana, de ser patrocinador del terrorismo. Biden, que prometió en su campaña electoral levantar todas esas criminales sanciones, solo ha hecho muy tibios cambios a estas, que en esencia siguen existiendo en toda su extensión.

Es normal que si el Presidente espera levantar todas o parte de las sanciones, converse con Menéndez sobre el tema. Bob Menéndez es presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado y como tal, es una pieza importante de las relaciones internacionales del país.

Lo que es increíble es que este hombre, hijo de emigrante cubano, que nació en 1954 en New York, haya llegado a tan alto puesto después de haber sido acusado de innumerables cargos por corrupción y actuar medio mafioso. En realidad, Menéndez debería haber estado tras las rejas y no presidiendo una importantísima comisión senatorial.

En 2012 Mr. Menéndez fue denunciado por The Daily Caller por haber contratado prostitutas en sus constantes viajes a la República Dominicana. Las mujeres después declararon que ellas habían sido pagadas para mentir sobre sus relaciones con el Senador, sin embargo, The Daily Caller afirmó que nunca había entrevistado a esas mujeres para su reportaje.

En 2013 salió a la luz pública que un Gran Jurado en Miami estaba investigando a Menéndez por sus relaciones con un conocido oftalmólogo dominicano llamado Salomón Melgen. El especialista era amigo íntimo del Senador y uno de sus mayores donantes para sus campañas electorales. Debido a las investigaciones del Gran Jurado, en 2015 el Departamento de Justicia de los Estados Unidos encausó tanto a Menéndez como a Melgen. Las acusaciones contra Menéndez fueron de soborno, fraude y falsos testimonios.

Se le acusaba de intercambios de favores con el médico y acusaban a Menéndez de ser el Senador personal de Melgen. No quiero, por largos, describir la clase de favores que se hacían el uno al otro. Según el Departamento de Justicia, un verdadero vertedero de corrupción era lo que existía entre ambos, incluyendo para dichos actos viajes en jets privados, hoteles de cinco estrellas en París, donaciones cuantiosas, y para qué seguir. El juicio se celebró. Tan irrefutables eran las pruebas, que el mismo Senador se vio en la necesidad de abandonar voluntariamente el puesto que ostentaba en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. A pesar de todas las evidencias, increíblemente el juicio fue declarado nulo, ya que el jurado no se pudo poner de acuerdo y al juez no le quedó más remedio que anular el proceso.

¿Qué les parece un hombre que a pesar de estar metido hasta el cuello en un caso de corrupción salió libre de todos los cargos solamente porque un jurado no pudo tomar una decisión? En realidad, no sé por qué el Departamento de Justicia no apeló el caso y decidió retirar todos los cargos contra el legislador.

¿Amistades? ¿Influencias políticas? Vaya usted a saber, el caso es que el flamante Senador está libre y haciendo daño. En 2018, sin embargo, el Comité Selecto del Senado sobre Ética severamente amonestó a Menéndez por haber recibido regalos y favores del Dr. Salomón Melgen sin permiso.

La vida de este hombre desde temprana edad ha estado llena de cosas oscuras. Antes de llegar al Capitolio de Washington, hace ya más de 30 años, estuvo envuelto en numerosos escándalos en New Jersey, el Estado que representa en el Senado Federal. Allí participó en la política desde muy joven y hasta llegó a ser Alcalde de Union City, una ciudad llena de emigrados cubanos.

Menéndez ha participado en todas las legislaciones que se han hecho contra Cuba en el Capitolio y es acérrimo enemigo de Cuba y su pueblo, y este es el señor al que el Presidente le dijo públicamente que quería hablarle sobre el tema de Cuba. Dios nos coja confesados.

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