La mayoría de los expertos parece creer que ambos escándalos –de Trump y de Biden– se cancelarán entre sí como temas de campaña
Estados Unidos pasa por un momento peculiar: el candidato presidencial republicano aguarda sentencia por 34 condenas de manejo fraudulento de sus finanzas, mientras el hijo del aspirante demócrata fue condenado en un juicio por posesión indebida de armas de fuego.
¿Cómo impacta eso a la carrera presidencial de EU?
Nadie está seguro. De hecho, la mayoría de los expertos parece creer que ambos escándalos se cancelarán entre sí como temas de campaña, y que aquellos dispuestos a votar por Donald Trump lo van a hacer no importa qué; igualmente, aquellos determinados a votar por Joe Biden lo van a hacer sin importar nada.
Hay, sin embargo, pequeñas diferencias. Trump es el candidato y él, personalmente, responsable de algunas de las fechorías que se le atribuyen. Los republicanos han tratado de vincular a Biden con las acciones delictivas de su hijo Hunter, sin haberlo logrado pese a investigaciones judiciales y legislativas.
Trump está inmiscuido en otros tres casos pendientes: dos federales por el mal manejo de documentos secretos, guardados indebidamente en su casa de descanso de Mar-a-Lago y otro sobre su participación en los hechos que llevaron al intento de motín del 6 de enero de 2021 y la ocupación violenta del Capitolio, mientras el Congreso trataba de certificar la votación de las elecciones de diciembre de 2020. Y finalmente, un caso en Georgia, por su presunto intento de influenciar a funcionarios locales para cambiar los resultados de la elección presidencial en ese estado.
Hunter fue condenado por haber mentido en la compra de un arma de fuego, mientras estaba sujeto a restricciones por su uso de drogas. Los republicanos han tratado también de probar que usó el nombre de su padre para conseguir beneficios en una empresa eléctrica de Ucrania.
Pero mientras, la persona entredicho en un caso es el propio candidato, en el otro es el hijo del aspirante opositor.
Para complicar más las cosas, el candidato Trump ha buscado descalificar los juicios en su contra, y los denuncia como persecución política del gobierno Biden a través del Departamento de Justicia, el mismo que por otra parte, persiguió y logró la condena de Hunter Biden.
Si los dos casos tienen algún tipo de equivalencia es, sobre todo, desde un punto de vista político. Pero a fin de cuentas los estadounidenses no votarán sobre el “hijo terrible” de Biden, sino sobre el trabajo de su padre; los estadounidenses votarán no por los hijos de Trump, sino por el trabajo de su padre.
Ciertamente, los republicanos esperan que la condena de Hunter limite los daños producidos por la condena contra el magnate estadounidense.
En ambos casos se trata de la primera vez que un candidato presidencial opera bajo la sombra de una condena judicial, por lo que podría describirse como operaciones fraudulentas, para hacer pagos disfrazados para esconder una indiscreción personal; en el otro, es la primera vez que el hijo de un Presidente en ejercicio se ve condenado por sus acciones.
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