Todo mundo sabe que gran parte de la riqueza de Venezuela son sus reservas de petróleo. Según datos oficiales y de acuerdo con declaraciones del gobierno bolivariano, el país dispone de la energía necesaria para abastecer a toda Europa.
Una ventaja que la nación del general Simón Bolívar tiene sobre muchas otras son sus innumerables fuentes de energía y de tierras fértiles que producen alimento para consumo local y otros pueblos, además de diversos minerales que se utilizan en la industria mundial. Los bloqueos económicos, políticos y comerciales que le imponen son una muestra de la gran voracidad de los países neoliberales e intervencionistas, con ya sabemos quién a la cabeza y, como comparsas, todos sus aliados.
Y, si existiera la voluntad para evitar o solucionar los conflictos geopolíticos, la escasez de energéticos se resolvería prácticamente sin grandes obstáculos. Dejando a un lado el cáncer del hegemonismo, Venezuela podría ser para Europa o cualquier otra región que lo demandara una garantía de suministro seguro en los momentos de riesgo por falta de electricidad, gas u otro insumo necesario.
América es un continente que cuenta con riquezas naturales abundantes, de las que siempre han echado mano aquellas naciones que buscan el beneficio especulativo propio sin importar el de la saqueada. Especialmente, América Latina continúa siendo asediada por el principal país hegemonista y saqueador: Estados Unidos.
Las exportaciones latinoamericanas son diversas e innumerables: petróleo venezolano; litio boliviano; café, plátano y aguacate mexicano; miel de abeja, plata, cobre y muchos productos más de Centro y Sudamérica. No obstante, el comercio de América Latina se enfrenta casi todo el tiempo a medidas arancelarias sacadas de la manga. Éstos son principalmente los bloqueos estadunidenses o de sus aliados. Siempre decidiendo el valor, según la voluntad del poderoso comprador, y no la del productor. Así se marca la línea de dominio y de injusticia mercantil.
No podemos decir de Venezuela lo mismo que señalamos de nuestro país (“pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos) porque la distancia de poco sirve en este caso para que cese la intromisión nefasta, ya que, desde su fundación, después de destruir a los verdaderos dueños de ese territorio norteamericano, se ha autonombrado el capataz del mundo y el administrador de la abundancia natural de los demás países.
La nación de la democracia más imperfecta y tóxica, como lo es la democracia presidencialista, punto de partida de su política de gobierno, ya sea republicano o demócrata, no alcanza un porcentaje de credibilidad verdadero para que la cantidad de votantes no deje duda del triunfo de cualquiera de los contendientes mayoritarios, siempre está presente la amenaza y la extorsión, tanto demócrata como republicana.
Entre otros, Estados Unidos cuenta con los siguientes organismos políticos: Partido Libertario, Partido Verde de Estados Unidos, Partido por el Socialismo y la Liberación, Partido de la Constitución, Partido Comunista de Estados Unidos –por cierto, fundado en 1919, y para sorpresa también tienen un Partido Nazi Estadunidense, fundado en 1964 (en el fervor de la guerra fría)–.
La lista es larga e interesante por la cantidad de organizaciones que declaran su política hacia el socialismo. Sin embargo, falta fuerza a las tendencias de izquierda para bloquear las actitudes intervencionistas y perjudiciales hacia los países vecinos en América y en otras latitudes.
Tuve el honor de prologar el libro En defensa de nuestro petróleo, del estimado y reconocido abogado, activista y periodista Natalio Vázquez Pallares, de quien hemos tomado el ejemplo de su honestidad en el análisis de los conflictos políticos por el abuso de los países neoliberales, tanto en América como en Europa, en cuanto a la defensa de nuestro petróleo. Fue precisamente en Caracas donde nos conocimos e iniciamos una sensible amistad. Coincidíamos en que la lucha por el petróleo de nuestras repúblicas era larga y ardua. No se equivocó.
El montaje circense por parte de la OEA y sus títeres ya se ha repetido muchas veces con motivo del triunfo de las propuestas progresistas de nuestras patrias. Y, como el viejo Natalio decía, palabras más, palabras menos: “ni contratos mañosos ni sabotajes criminales van a lograr que desistan los países hostigados por las mafias petroleras extranjeras ante la arremetida constante contra nuestra soberanía energética. Ni en Venezuela ni en México los enemigos de la libertad pasarán”.
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