La primera reacción del presidente electo Donald Trump ante el ataque terrorista de la madrugada del miércoles en Nueva Orléans
La primera reacción del presidente electo Donald Trump ante el ataque terrorista de la madrugada del miércoles en Nueva Orléans fue responsabilizar a los migrantes.
“Cuando dije que los criminales que vienen aquí son mucho peores que los criminales que tenemos en nuestro país, esa afirmación fue refutada constantemente por los demócratas y los medios de comunicación de noticias falsas, pero resultó ser cierta”, dijo a través de un mensaje en su red social.
Para complementar el casi paródico señalamiento, su jefe de asesores designado, Michael Waltz, afirmó que en respuesta al ataque, se buscará “cerrar la frontera” y “asegurar nuestra soberanía”.
Pero como suele suceder en el caso de Trump, afirmar que él y sus aliados suelen exagerar o mentir para subrayar sus puntos políticos parecería un ejercicio inútil. Se da por hecho y hay numerosos antecedentes.
El ataque de Nueva Orleans fue realizado por Shamsud-Din Bahar Jabbar, un presunto islamista de 42 años de edad nacido en Estados Unidos, radicado en Texas, veterano del Ejército.
En 2024 hubo más de 480 tiroteos con cuatro o más muertos en los Estados Unidos. Y en su inmensa mayoría –para no decir todos– los responsables fueron estadounidenses, frecuentemente blancos europeos.
En los volúmenes de la migración entra de todo. Nadie puede garantizar que todos los migrantes sean buenos, como tampoco se puede dar carta blanca a una persona porque nació en tal o cual sitio.
Pero de acuerdo con Trump y sus aliados, son los migrantes los responsables de la ola criminal que viven los Estados Unidos, aunque la realidad sea otra.
Según cifras del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), de los casi 180,000 arrestos generales hechos por el ICE y desglosados por condenas penales del 1 de octubre de 2017 al 30 de septiembre de 2023, las cifras más grandes se referían a delitos relacionados con la inmigración (16%); conducir bajo la influencia del alcohol (15%); drogas peligrosas (15%), agresión (9%) e infracciones de tránsito (9%).
El tres por ciento de los delitos fueron hurtos, el 1.7 % agresión sexual y el 0.7 % homicidio.
En otras palabras, aunque los inmigrantes no están exentos de problemas, a comenzar, según los estadounidenses por asentarse sin permiso en ese país, la realidad es que estudio tras estudio indica que cometen delitos con menos frecuencia que los ciudadanos estadounidenses.
Hay aproximadamente 24.5 millones de inmigrantes no ciudadanos en Estados Unidos, según el Pew Research Center. Alrededor de 11 millones, incluso unos cinco millones de mexicanos, no tienen estatus legal.
Una parte del mito estadounidense es que son una nación que da la bienvenida a inmigrantes. La realidad es que cada oleada de recién llegados pagó su sitio con sangre y lágrimas, y aquellos que no eran blancos, europeos –latinos y asiáticos– han sido especialmente atacados. Trump y sus aliados mantienen la tradición.
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