The European Union's decision to re-establish its relationship with Cuba is a sign of pragmatism, which leaves the U.S. policy of embargo and isolation toward the Caribbean country even more vulnerable.
At the end of a two-day meeting on Wednesday, April 30, representatives from the European bloc and Havana believed that their first round of talks had gone well. In these conversations, they agreed to a roadmap for a process that should lead to a cooperation framework agreement. "There was a clear interest on both sides to come to a quick, common understanding of what the bases are for this negotiation," said Christian Leffler, the EU's negotiator, to the press. A Cuban statement said that the exchanges were "constructive and positive" and will continue in Brussels. The EU's efforts are an endorsement of the changes that Cuba put into place in 2008 and an endorsement that to the Europeans, these changes are more comprehensive than those that are part of the economic reform in the country.
The European organization wants Cuba to declare a moratorium on the death penalty, allow private enterprise, and restore its citizens' rights to travel and own property and vehicles.
The 2011 decision by the Sixth Congress of the Communist Party of Cuba [the governing party] to limit the period in principal state and government offices to two consecutive terms was equally relevant to the Europeans. The decree includes the position of President Raúl Castro, who will finish his second and final term of office in 2018. "Given the current changes and efforts Cuba is undertaking, the EU has an important role to play, based on its own experiences and opportunities for Cubans and Europeans in strengthening cooperation," said Leffler [general director for America from the European Foreign Action Service].
He added that the [Cuban] Foreign Investment law, which will come into effect in July, will open up new opportunities for both Cuba and the EU.
Spain is the biggest European trading partner with Havana, with more than $1.156 million in trade in 2012. However, it was José María Aznar's conservative Spanish government (1996-2004) that was the architect of the so-called "common position" on Cuba that the EU adopted in 1996, which Cuba saw as interference in its internal affairs. That topic was not on the table during the first round of talks. When asked by the International Press Service, Leffler, a Swede, also stated that the EU did not arrive at the talks with political conditions in mind. "We want to reach an agreement, and preconditions and impositions are not positive," he said.
Disagreement between Brussels and Havana on fundamental freedoms became severe in 2003, as a result of the arrest of 75 political opponents by Cuba and the severe sentences that were imposed upon them.
However, in 2008, calm returned to the relationship, and the EU and Cuba agreed to renew political dialogue. In February of this year, they decided to open negotiations on a cooperation framework agreement. Where does this leave the United States?
Washington y UE frente a Cuba
La decisión de la Unión Europea (UE) de relanzar sus relaciones con Cuba da muestras de un pragmatismo que deja aún más expuesta la política de embargo y aislamiento de Estados Unidos hacia este país caribeño.
Al término de una reunión de dos días el miércoles 30, representantes del bloque comunitario y de La Habana consideraron positiva su primera ronda de conversaciones, en la que acordaron una hoja de ruta para un proceso que debe culminar en un acuerdo marco de colaboración. "Hubo un claro interés de ambas partes para llegar a una rápida comprensión común sobre las bases de esta negociación", dijo a la prensa el negociador de la UE, Christian Leffler. Un comunicado cubano afirmó que los intercambios se desarrollaron de manera "constructiva y positiva" y continuarán en Bruselas. El interés de la UE respalda las transformaciones que Cuba puso en marcha en 2008 y que, para los europeos, son más abarcadoras que las determinadas en la reforma económica.
Para el bloque de 28 países son importantes la moratoria de la pena de muerte, la apertura al trabajo privado y la restitución a la población de los derechos de viaje y de propiedad sobre viviendas y vehículos.
No menos relevante resulta a los ojos europeos el acuerdo de 2011 del sexto congreso del gobernante Partido Comunista de Cuba de limitar a dos períodos consecutivos la estancia en los principales cargos estatales y gubernamentales. La decisión incluye al presidente Raúl Castro, quien cumplirá su segundo y último mandato en 2018. "Yo hablo de cambios en términos generales. Para mí hay más cambios a escala nacional que la actualización económica. Es un asunto cubano que estamos listos a acompañar", dijo Leffler.
La Ley de Inversiones Extranjeras, que entrará en vigor en julio, abre tanto para Cuba como para la UE nuevas oportunidades, agregó.
España encabeza el intercambio comercial europeo con La Habana, con más de 1 156 millones de dólares en 2012. Sin embargo, fue justamente un gobierno conservador español, el de José María Aznar (1996-2004), el artífice de la llamada Posición Común que la UE adoptó en 1996 y que constituye para Cuba una injerencia en sus asuntos internos. Este tema no estuvo sobre la mesa en esta primera ronda de pláticas. A una pregunta de IPS, Leffler, de nacionalidad sueca, también aclaró que la UE no trajo condicionamientos políticos. "Si queremos negociar un acuerdo, no es muy constructivo venir con un punto inicial de condiciones e imposiciones", afirmó.
Los desacuerdos entre Bruselas y La Habana en materia de libertades fundamentales se hicieron críticos en 2003, a raíz de la detención y severas condenas impuestas por Cuba a 75 opositores políticos.
Pero en 2008 volvió la calma, y la UE y Cuba acordaron reanudar el diálogo político. En febrero de este año decidieron iniciar negociaciones para un acuerdo marco de cooperación. ¿Y Estados Unidos?
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