We were in the United States of America when violence broke out as a result of an American police officer indirectly killing Freddie Gray, a young African-American male who was unarmed. This unfortunate act demonstrated excessive and unnecessary cruelty on the part of a white police officer, who was a member of a joint patrol, upon confirming that Gray was under arrest.
The mobilization of citizenry that was caused by this deplorable event was reminiscent of the time when Martin Luther King defended the rights of Rosa Parks when she was jailed for not giving up her seat to a white passenger in Montgomery in 1954. From there, the defense of the civil rights of African-Americans grew until the famous march on Washington in 1963, in which justice and economic policies for all Americans was demanded, and which established that in July 1964, Congress would vote for the Civil Rights Act which declared any form of racial segregation, public or private, illegal.
We ourselves were witnesses to the absurd behavior of white individuals when, during the 1950s, we went to study at a military academy in Miami. An Italian and I had a black Cuban friend who was not allowed to sit in the front part of the bus. In solidarity with our friend, we decided to also sit in the rear of the bus.
We have told this little story to show the inequity of American society through the years. For that we salute the naming of young Marilyn Mosby as the state’s attorney for Baltimore, who, being African-American, studied in a white college where she was the only black person. Aside from that, she had the terrible experience of having a cousin shot by police on the balcony of her home because the police confused him for being a drug dealer.
Marilyn Mosby is the youngest district attorney of any important city in the United States, the daughter and granddaughter of police officials. Nonetheless, she severely criticized the criminal justice system for the maltreatment of African-Americans on the part of the police. She likewise complained that Michael Brown had been shot in the back by a white police officer, and that 54 days had passed since the Eric Garner incident, which the New York City medical examiner determined was a homicide. None of these cases have resulted in charges.
It was criticized that that she acted with haste in proceeding judicially against the six police officers on charges of homicide in the case of Freddie Gray. We think the contrary. If this brave woman had not acted quickly and firmly, the wave of protests that had already begun in various cities of the country would have snowballed and today she would be paying the consequences for not having acted with celerity. The residents of Baltimore, who burned 15 commercial establishments and more than 500 vehicles accepted that decision and ceased the acts of outrage, which was adequate for the other cities that had shown solidarity with Baltimore.
The racial question in the United States of America was not eradicated with the Civil War, nor was it eradicated with the ending of slavery by President Abraham Lincoln, since from time to time, situations arise like the occurrence in Baltimore. Thanks to the determined and courageous actions of Marilyn Mosby, there was no need to regret violent acts caused by these occurrences, which, although they are legally resolved, are still rooted in the white populace, especially in the Southern states.
Nos encontrábamos en los Estados Unidos de América cuando sucedió este estallido de violencia como consecuencia de la policía estadounidense haber dado muerte indirectamente a Freddie Gray, un joven afroamericano que se encontraba desarmado. En este lamentable acto quedó demostrando el ensañamiento excesivo e innecesario de parte de un policía blanco –componente de una patrulla mixta– al comprobarse que Gray estaba prácticamente detenido.
La movilización ciudadana que ocasionó este deplorable suceso, recordó los tiempos en que Martin Luther King defendió el derecho de Rosa Parks, cuando fue encarcelada por no ceder su asiento a un pasajero blanco en Montgomery en 1954. Desde ahí, la defensa de los derechos civiles de los afroamericanos fueron en aumento hasta llegar en 1963 a la famosa marcha en Washington, en la cual se demandó justicia y política económica para todos los estadounidenses, lo cual determinó que en julio de 1964 el Congreso votara el Acto de los Derechos Civiles, en el cual se declara ilegal cualquier forma de segregación racial en público o privado.
Nosotros mismos fuimos testigos de este absurdo proceder de los individuos blancos, cuando en los años cincuenta fuimos a estudiar en una academia militar en Miami. Un italiano y yo teníamos un amigo cubano negro, al cual se le impidió montar en la parte delantera del autobús. Nosotros en solidaridad con el amigo, decidimos montarnos también en la parte trasera.
Hemos hecho este pequeño recuento, para mostrar la iniquidad de la sociedad estadounidense al través de los años. Por eso, saludamos la designación de la joven Marilyn J. Mosby como abogada de la ciudad de Baltimore, la cual, siendo afroamericana había estudiado en un colegio de blancos en donde era la única negra. Además, había tenido la funesta experiencia de que un primo fue confundido con un traficante de drogas y acribillado por la policía en la galería de su casa.
Marilyn J. Mosby ha sido la más joven acusadora fiscal de cualquier ciudad importante de los Estados Unidos, hija y nieta de oficiales policiales, no obstante, criticó severamente el sistema criminal de justicia en el maltrato de los afroamericanos de parte de la Policía. Se quejaba igualmente, que Michael Brown había sido muerto por un disparo por la espalda por un policía blanco. También, que habían transcurrido 54 días después del incidente de Eroc Garner en el cual el médico legista de la ciudad de New York determinó que había sido un homicidio. Ninguno de estos casos había resultado en una condena.
Se criticó que ella, en un lapso de tiempo que fue considerado apresurado, procediese judicialmente contra seis oficiales policiales por homicidio en el caso de Freddie Gray. Nosotros pensamos lo contrario. Si esta valerosa mujer no hubiese actuado rápidamente y con firmeza, la ola de protestas que ya había sido iniciada en varias ciudades de la Unión, se hubiesen extendido cual bola de nieve y hoy se estuviera pagando las consecuencias de no haber actuado con celeridad. Los habitantes de Baltimore, que habían quemado 15 establecimientos comerciales y más de 500 vehículos, se conformaron con esa decisión y detuvieron los actos de indignación, lo cual fue válido para las otras ciudades que se habían solidarizado con Baltimore.
La cuestión racial en los Estados Unidos de América no se erradicó con la Guerra de Secesión, ni tampoco con la supresión de la esclavitud de parte del presidente Abraham Lincoln; ya que de tiempo en tiempo, surgen situaciones como la acontecida en Baltimore y que gracias a la decidida y valerosa actuación de Marilyn J. Mosby, hoy no se tuviera que lamentar actos violentos por culpa de ese hábito, que aunque legalmente resuelto, está todavía arraigado en la población blanca, especialmente en los Estados sureños.
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