EU: importa el voto latino, mas no define elección presidencial
La comunidad hispana que tiene derecho a votar corresponde al 8.9% del padrón.
La Jornada On Line
Publicado: 10/08/2008 10:40
México, DF. La creciente población de hispanos en Estados Unidos ha generado que en distintos ámbitos permee la idea de que el voto latino se perfila como uno de los factores que definirá al futuro inquilino de la Casa Blanca.
No obstante, las cifras sobre los hispanos que efectivamente pueden votar en EU equivalen al 8.9 por ciento del total del padrón y a ello se suma un alto índice de abstencionismo. Por ejemplo, en la elección presidencial de 2004 sólo votó 18 por ciento de los empadronados de origen latino.
Tales porcentajes de participación parecen indicar que si bien el voto latino es importante, no tiene un peso determinante para incidir en los resultados de la contienda presidencial estadunidense.
Las primarias demócratas ilustran este hecho. Como nunca antes, el electorado latino se volcó a las urnas para votar por Hillary Clinton y le dio el triunfo en ocho de los estados con mayor presencia de hispanos, pese a lo cual la ex primera dama no logró conquistar la candidatura presidencial.
La fuerza latina
Si bien 43 millones de hispanos convierten a esta comunidad en la primera minoría racial o étnica con mayor densidad demográfica en EU (representan el 15.5 por ciento del total de habitantes), y se ubica incluso por encima de la población de origen africano, los votantes latinos potenciales se reducen a sólo 8.9 por ciento del electorado estadunidense, que equivale a 9.2 millones de personas o votos posibles.
De acuerdo con reportes del Pew Center Hispanic (PEW), una institución de estudios especializada en este sector poblacional, la diferencia entre el total de hispanos en EU con los que están empadronados se explica porque la mayoría son inmigrantes que llegaron sin documentos, carecen de ciudadanía, no han alcanzado la edad para votar o tampoco se dieron de alta en el registro electoral.
Aunado a la falta de derechos políticos de la mayoría de los hispanos en EU, lo que más parece frenar la influencia de los latinos en los comicios es el abstencionismo. En 2004, la población de origen hispano que podía votar en las presidenciales equivalía al 7 por ciento del padrón. Sin embargo, únicamente 1.8 por ciento ejerció ese derecho. Es decir, el 82 por ciento de los hispanos empadronados no votó. En contraste, el 51 por ciento de la población blanca acudió a las urnas y de la comunidad negra participó el 39 por ciento, según un estudio del PEW.
Más hispanos ¿más votos?
Para las elecciones de este 2008, el electorado hispano registró un incremento porcentual de 1.9 puntos en comparación con 2004 y pasó de representar el 7 por ciento del total de empadronados al 8.9, lo que en términos de votantes potenciales equivale aproximadamente a dos millones de personas más.
Analistas del PEW explican que este aumento se debe a que una parte considerable de la población latina, predominantemente joven, alcanzó la edad para votar y se registró en el padrón electoral.
Tal incremento se vio reflejado con una creciente participación de latinos en las urnas en las primarias de este año. De acuerdo con sondeos a pie de urna retomados por el PEW, en 16 estados el voto hispano fue mayor y en algunos casos hasta tres veces superior al registrado en las primarias de hace cuatro años.
La nominación de Hillary Clinton como precandidata demócrata movilizó a la comunidad hispana. La esposa del ex presidente Bill Clinton contaba en un principio con una latina como coordinadora de campaña, Patti Solís Doyle, quien formuló la estrategia para conquistar a este sector antes de ser destituida por la triple derrota que sufrió Hillary Clinton en Luisiana, Washington y Nebraska.
Según los sondeos en casillas de las consultoras Edison y Mitofsky durante los caucuses y primarias demócratas de 19 estados, de cada tres votos de los latinos, dos favorecieron a la candidata y uno a Barack Obama.
Con el impulso del voto hispano, la ex primera dama ganó las primarias demócratas en los estados de California, Texas, Nueva York, Florida , Arizona, New Jersey, Nuevo México y Massachusetts, que concentran la mayor población de latinos en EU (alrededor del 70 por ciento), pero no pudo conquistar la candidatura demócrata, que se adjudicó Obama y que lo convirtió en el primer candidato de raza negra en la potencia mundial.
De igual modo, la relevancia del voto latino también se ve acotada por factores como las reglas del sistema electoral estadunidense, cuyas variables derivan en que incluso el candidato más votado en las urnas no necesariamente es el que gana la presidencia (se vota por delegados que a su vez eligen al mandatario) y a que la población de blancos y la participación en las urnas de afroamericanos es superior, y por tanto, de mayor peso electoral.
Aunque el voto de la comuniad hispana no resulte determinante en la justa electoral, de ningún modo significa que carezca de importancia, y tanto el candidato republicano, John McCain, como su adversario demócrata, apuntan parte de sus esfuerzos de campaña a conquistarlo.
McCain, de visita reciente en México, acudió a uno de los centros más emblemáticos de la hispanidad, la Villa de Guadalupe. Pero cuestionado sobre una reforma migratoria, respondió que antes habría que reforzar la seguridad en la frontera de EU.
Por su parte, Obama, a quien los sondeos dan como favorito entre los latinos, sumó a su equipo a la ex coordinadora de campaña de Hillary Clinton, la hispana Patti Solís, y recién anunció que invertirá 20 millones de dólares en la estrategia para lograr esta comunidad salga a las urnas el 4 de noviembre a votar por los demócratas. Su principal oferta para los latinos: una reforma migratoria en el primer año de gobierno si gana la presidencia.
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