La elección de Obama va más allá de una factura de la opinión a Bush, pero no tanto como para pensar que los intereses estratégicos de Estados Unidos cambiarán. Sus preocupaciones por la sustitución de fuentes de energía, redistribución, y mejor educación y salud para sus conciudadanos, se encontrarán con un punto que no estaba en la agenda: la necesidad de construir un nuevo orden internacional que se corresponda con la Globalización.
Si se confirman las encuestas, Obama es el Presidente de los Estados Unidos. La cosa no es sencilla porque debe superar el racismo vergonzante que ya en el pasado, en elecciones de menor calado, las desmintió el día de la votación. Al ser encuestados, a muchos, les daba pena decir que no votarían por un negro.
¿Qué podemos esperar de un demócrata pos ideológico, como Obama, quienes no vivimos allí? Suficiente sería que gaste menos en guerras y más en proyectos como la alianza para el progreso de Kennedy. Debemos esperar, también, que su defensa del trabajo norteamericano no le lleve a un neo proteccionismo que nadie quiere volver a ver.
Para Colombia es fundamental su apoyo al TLC. Nuestra estructura productiva y comercial ha trabajado para ello. No se trata de un discurso político sino de realidades llevadas al detalle en que empresarios y gobiernos se han esforzado a fondo. El Ministerio de Comercio Exterior, tal vez el más técnico de todos, ha hecho un trabajo serio a lo largo de varios gobiernos, para integrarnos en las redes mundiales de producción y distribución.
Su tratamiento a nuestros vecinos puede consolidar la concordia en la región, pero Chávez no se debe hacer ilusiones con Obama. Las solas expectativas que ha creado su discurso sobre la sustitución de fuentes de energía y la crisis, tienen el petróleo a 60 dólares, mientras que en el presupuesto venezolano se estiman 80.De hecho, ya empezó a cortarle el chorro al populismo.
Obama será decisivo en el cambio de la agenda mundial, en un escenario en que la globalización no tiene reversa. Lo que se viene, no es una nueva forma de proteccionismo, sino la transformación de las instituciones internacionales que se construyeron en Bretton Woods y la creación de otras, para que el mundo funcione mejor, reconociendo la globalización.
El escenario que encuentra Obama Presidente ,caracterizado por la perdida de liderazgo económico pero no militar de los Estados Unidos, el surgimiento de China, India , Brasil y otros, y una recesión en la puerta de su casa, le van a llevar a buscar un punto de equilibrio con su programa, en que la agenda económica e Institucional internacional tendrán prioridad.
La semana que pasó, la democracia restringida del G7 dio paso a que un agónico Bush convocara al G 20 para atemperar los efectos de la crisis. Por su parte dirigentes como Sarkozy, Brown y Strauss, director del FMI, se comprometieron con la necesidad de crear una nueva gobernanza mundial con instituciones que tengan recursos y dientes para poner orden a los flujos económicos y financieros de la globalización. Es el comienzo de un nuevo orden mundial, en el que Estados Unidos será actor principal. Suerte y pulso, Presidente Obama. Los ciudadanos del mundo lo elegimos por anticipado.
Coletilla: La semana que pasó, un congresista propuso la aplicación del polígrafo para los militares. Para que salga más barato, en esta época de austeridad, debe hacerse extensivo a todos los congresistas. ¿Por qué no?
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