Arts Feel Madoff Effect

Edited by Robin Silberman

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Las subastas neoyorquinas fijaron un nuevo techo para el mercado de arte. Sotheby´s no pudo vender el retrato de Picasso propiedad de William Achenbaum, víctima de Berni Madoff y cabeza del grupo hotelero Gansevoort con base en Miami Beach.

El efecto Madoff se hizo sentir también en Christie´s. La discreta performance de su más cercana competidora inspiró una política menos ambiciosa en la rematadora propiedad de François Pinault (FNAC, Gucci, Au Printemps). Sus expertos vendieron un Picasso de la colección de Jerome Fischer, fundador de la compañía de zapatos Nine West, con un estimado máximo de 18 millones de dólares por 14 millones de la misma moneda.

¿Signo de los tiempos? Las bases conservadoras y los precios lógicos resultan una ecuación óptima para economías en terapia. Tal como anticipamos, hubo seis manos en alto por un paisaje temprano de Monet pintado en Argenteuil, que, además de ser lindísimo, tenía la impecable procedencia de la familia Havemeyer. La pieza se vendió en 3,4 millones de dólares, el doble de lo estimado.

Los resultados indican que los compradores se han vuelto selectivos. Ya no están en escena los billonarios del sí fácil y la chequera pronta, el tsunami financiero y Madoff los han diezmado. No se vendió un gato de bronce de Giacometti, pero dobló el precio una tela de Mondrian, estimada en 5 millones de dólares y vendida en 9,2 millones.

El geométrico admirado por el platense Luis Tomasello está en alza. Dos meses atrás, en la subasta de la colección Saint Laurent, el Museo del Louvre compró un Mondrian para la nueva sede de Abu Dhabi. Este es el tipo de datos que cotizan en el mundo del arte. Mientras tanto, en Buenos Aires, American Express se prepara para comprar en arteBa, como todos los años, una obra de arte para el Museo Nacional de Bellas Artes.

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