Unemployment in the U.S.

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Es de imaginar que muchos ciudadanos norteamericanos se pregunten por los resultados de las medidas anticrisis adoptadas por la Casa Blanca desde los iniciales cálculos de socorro de George W. Bush hasta la mano suelta de la actual administración, entregando los dineros públicos a los especuladores para que siguiesen el jolgorio.

Porque en realidad eso es lo que ha sucedido en los Estados Unidos y en la Europa donde la debacle llegó como epidemia desde los predios del socio mayor.

Miles de millones de dólares del erario público pasaron a manos de bancas quebradas, inmobiliarias en caída, empresas colgadas de las brochas… y la lógica de mucha gente les inducía a pensar que algo cambiaría, y junto con la plata de “ayuda” se formularía al menos un reglamento de comportamiento para los generadores del caos.

Sin embargo, la especulación barata, insultante y loca, sigue dominando los mercados financieros de las grandes potencias imperiales y con toda desfachatez se apuesta a la “recuperación” sencillamente porque pérdidas de empleo, ventas de inmuebles o planillas de desempleados solicitando socorro, pueden ser “menos que lo esperado” en determinado período de tiempo.

Hace apenas unos días, por ejemplo, se reportaron subidas récord en los precios del petróleo y de algunos metales industriales, a cuenta del pretendido reverdecimiento de la economía capitalista.

Se citó a bombo y platillo el dato de que el ritmo de creación de empleos en EEUU cobró en marzo último impulso no registrado en los tres últimos años, y se tradujo en 162 mil nuevos puestos de trabajo.

Dicho así, todo parece de maravillas…y es precisamente hasta ahí que los tahúres de las bolsas utilizan y divulgan los datos.

Sin embargo, cuando con seriedad y responsabilidad se va a los detalles, el panorama es otro, y muy diferente.

De hecho, esos 162 mil nuevos empleos están muy por debajo de la cifra de 200 mil pronosticada por los expertos y, de ellos, no menos de 48 mil corresponden a contratos transitorios.

Por demás, a pesar del “logro” en cuestión, el índice de personas sin trabajo en los Estados Unidos no ha variado desde el 9,7 por ciento reportado tiempo atrás, y si se suman las personas que laboran por tiempo limitado, esa cifra se dispara hasta casi 17 por ciento.

Debería saberse qué dicen sobre tan elevado optimismo los siete millones de norteamericanos clasificados hoy, según los registros Made in USA, como “parados de larga duración”.

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