Elections in the United States

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José Luis Arévalo

Elecciones en Estados Unidos

28 de octubre de 2010

Todo listo para que el próximo 2 de noviembre, Barack Obama se enfrente a lo que será sin duda su peor examen. Los

estadounidenses celebrarán las elecciones intermedias en las que se renovará la Cámara de Representantes, una tercera

parte del Senado y 37 gobernadores.

Según los pronósticos, el triunfo de los republicanos será abrumador, lo que será un castigo para los dos años que Obama

lleva en el poder. Los republicanos necesitan arrebatarle a los demócratas 39 escaños, mientras que en el Congreso

requieren de 10 para obtener la mayoría.

Y, por lo pronto, todo indica que hay grandes posibilidades para que esto suceda. Serán unas elecciones, dicen algunos,

históricas, sobre todo por la manera en la que se está luchando por el poder. Aquí algunos ejemplos: 200 millones de

dólares que ha gastado la candidata republicana Meg Whitman —por cierto, ex directora de la empresa eBay—, las

aportaciones de la recién quebrada empresa automotriz General Motors, y una sorprendente campaña del también

republicano, Ken Mellman, quien salió del clóset y organizó a todo un grupo de homosexuales conservadores para dar la

batalla al congresista demócrata —también homosexual— Barney Frank del estado de Massachussets.

En temas económicos, se calcula que en tan sólo 11 semanas, tres grupos independientes han pagado nada menos que 46

mil 974 anuncios por diferentes candidatos. Además, se puso en marcha la caravana de los republicanos más

conservadores —de extrema derecha—, que conformaron el Partido del Té (Tea Party). Un nuevo partido que está bien

organizado y bien financiado por una red de grupos conservadores, cuya punta de lanza la constituyen FreedomWorks y

Americans for Prosperity, los cuales han congregado masivas manifestaciones en Washington en las que se oponen a todo,

desde la legislación del cambio climático hasta el paquete de estímulo económico, además de que han insultado con

ataques racistas a Obama, tildado de “marxista musulmán”. El Partido del Té le podría arrebatar a los demócratas, léase a

Barack Obama, los estados de Illinois, Pensilvania y hasta Nevada. Y se supone que seguirán bajo mandato demócrata

Louisiana, Iowa, Maryland, Carolina del Norte y Virginia Occidental.

El examen social al que se enfrentará Obama está precedido de una grave recesión económica, de un impresionante

incremento del desempleo (solamente en el 2009, cerca de 5 millones de personas se quedaron sin trabajo), luego de la

crisis ocasionada por los banqueros y los créditos hipotecarios. Lo único que salva la imagen de Barack es el retiro de

tropas de Irak, aunque la situación en Afganistán le siga sacando canas.

Con todo esto, se espera que el resultado de las elecciones del 2 de noviembre vaya a repartir el poder de los Estados

Unidos, dándole la Cámara baja a los republicanos, la Casa Blanca aún en manos de los demócratas y resta ver lo que pasa

con el Senado.

Sin embargo, si algo le puede servir de aliciente al presidente de los Estados Unidos es que, históricamente, en estas

elecciones intermedias siempre se ha castigado al mandatario en turno. Cuando los Estados Unidos habían salido de la

Segunda Guerra Mundial y lo habían hecho con gran éxito, su presidente Dwight D. Eisenhower y los republicanos, perdieron

48 escaños de la Cámara de Representantes en medio de la recesión de 1958.

Ronald Reagan, al igual que Obama, se enfrentó a muchísimos problemas económicos, sobre todo por haber ocupado la

Casa Blanca luego de un presidente, Jimmy Carter, muy impopular. Así que tuvo que trabajar fuertemente para convencer a

los congresistas para reducir la tasa de impuestos y del gasto público. Con esto, le suplicó a los votantes que se apretaran

los cinturones, advirtiéndoles que en caso contrario regresarían a las políticas de su predecesor. Obama se enfrentará este

2 de noviembre a un panorama similar al que tuvo Reagan, inclusive en términos de popularidad, y que al final no dio un

buen resultado.

Años más tarde, el carismático Bill Clinton vio caer el control de sus demócratas en las intermedias de 1994 debido a la

debilidad económica del momento y a una tasa del desempleo superior al seis por ciento. Clinton también fue castigado por

el electorado.

¿Qué pasará con Obama este 2 de Noviembre? No lo sabemos, pero es casi un hecho que el examen final no lo va a pasar,

ya que lo ha venido reprobando desde que empezó su gestión desde la Casa Blanca.

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