Obama’s Visit

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La visita de Obama

No es correcto aseverar, como hacen algunos analistas, que América Latina es una región poco relevante para EEUU.

por Genaro Arriagada – 20/03/2011 – 09:00

La visita del Presidente Obama a América Latina valdrá más como intenciones que como resultados; pero en la política

internacional, las intenciones cuentan mucho. Algunos analistas cometen un error cuando afirman que, porque América

Latina no está en las páginas de los diarios de EEUU, no tiene importancia para ese país. Tampoco figura Canadá todos los

días, y Europa Occidental, en su conjunto, ocupa menos espacios que Pakistán y tal vez, en meses enteros, tanto como

Somalia. Pero Canadá y Europa Occidental son áreas de enorme importancia para EEUU… como también lo es América

Latina.

Hillary Clinton ha reiterado cifras que vale recordar. En términos económicos, América Latina es tres veces el tamaño de

India o Rusia. Las exportaciones de EEUU a América Latina son tres veces más que las que van a China. Y -léalo bien- las

exportaciones norteamericanas a Chile son mayores que las destinadas a Rusia. En materia de energía, México y Venezuela

son el segundo y el cuarto mayor proveedor de petróleo de EEUU. Dado el enorme crecimiento de su producción de crudos,

no sería extraño que Brasil luego se cuente también en esa categoría. A fines de la década, en petróleo la dependencia de

Estados Unidos será mayor respecto de América Latina que del Oriente Medio.

Además, Europa Occidental, Estados Unidos y América Latina tienen una interdependencia cultural más fuerte que la que

se da con Africa, China, India, Asia, Arabia o Rusia. No se puede desmentir que gobiernos de Estados Unidos y América

Latina han estado comprometidos demasiadas veces en atropellos a la dignidad humana; pero es cierto, también, que más

allá de esas fallas (a veces atroces), las naciones del área aspiran a un sistema político democrático, la vigencia del

Estado de derecho y las libertades individuales, el respeto a los derechos humanos, una economía fundada en la libertad y

la aspiración a una mayor igualdad. El Presidente Obama ha señalado el gran valor que le atribuye a la relación con América

Latina y su compromiso de trabajar como “socios iguales” para crear una relación fundada en el respeto mutuo, los

intereses comunes y el compromiso con valores que compartimos. Hillary Clinton ha dado una buena muestra de este

empeño, al visitar 17 países latinoamericanos en sus primeros 18 meses en el cargo.

Los gestos y el mensaje son claros. Sin embargo, la administración Obama ha tenido dificultades para llegar a propuestas

que atiendan a algunos de los temas que más afectan a los latinoamericanos. No ha sido eficaz para reducir los subsidios

agrícolas; no hay una política clara y mucho menos satisfactoria frente a la inmigración; en la lucha contra las drogas, no

obstante el reconocimiento de Clinton de que la demanda norteamericana es el principal combustible de ese comercio, no

hay tampoco una política coherente; continúa el inaceptable contrabando de armas desde Estados Unidos hacia México y

más al sur; tampoco se han logrado aprobar los TLC pendientes con Colombia y Panamá. Más allá de estas fallas, la visita

de Obama debe ser reconocida como un avance en el sentido correcto. Algo que debemos valorar.

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