Obama: el estira y encoge del tema migratorio estadounidense
Por Luis Beatón (Prensa Latina *)
La Habana, (PL) Desde hace varios años el tema de la reforma migratoria planea sobre las elecciones para alcanzar la presidencia de Estados Unidos, solo eso, sin pasar de ahí.
Obviamente, pocos gobernantes corren el riesgo o tienen el valor de enfrentar un problema que polariza opiniones en una época donde lo prioritario es definir votos.
Ronald Reagan; los Bush, padre e hijo; William Clinton y ahora Barack Obama enfrentaron el problema migratorio desde diferentes ángulos, e incluso, todos hicieron promesas de reformar las leyes migratorias, cada cual a su manera.
Términos como “trabajadores huésped”, “dreamers”, “indocumentados”, “espaldas mojadas”, “ciudades santuarios”, entre otros, fueron ingredientes en las disputas en el Congreso por alcanzar un plan para regularizar la situación de cerca de 11 millones de personas que viven en la sombra en territorio estadounidense.
A poco más de un año de las elecciones presidenciales del 6 de noviembre de 2012, el turno corresponde a Obama, a quien, para algunos críticos, le faltó protagonismo para impulsar el tema.
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Obama: el estira y encoge del tema migratorio estadounidense
Por Luis Beatón (Prensa Latina *)
La Habana, (PL) Desde hace varios años el tema de la reforma migratoria planea sobre las elecciones para alcanzar la presidencia de Estados Unidos, solo eso, sin pasar de ahí.
Obviamente, pocos gobernantes corren el riesgo o tienen el valor de enfrentar un problema que polariza opiniones en una época donde lo prioritario es definir votos.
Ronald Reagan; los Bush, padre e hijo; William Clinton y ahora Barack Obama enfrentaron el problema migratorio desde diferentes ángulos, e incluso, todos hicieron promesas de reformar las leyes migratorias, cada cual a su manera.
Términos como “trabajadores huésped”, “dreamers”, “indocumentados”, “espaldas mojadas”, “ciudades santuarios”, entre otros, fueron ingredientes en las disputas en el Congreso por alcanzar un plan para regularizar la situación de cerca de 11 millones de personas que viven en la sombra en territorio estadounidense.
A poco más de un año de las elecciones presidenciales del 6 de noviembre de 2012, el turno corresponde a Obama, a quien, para algunos críticos, le faltó protagonismo para impulsar el tema.
El mismo día que el presidente dijera por un canal en español de televisión que la prioridad de su gobierno no era deportar a los “dreamers” o jóvenes estudiantes indocumentados traídos a este país por sus familias cuando eran niños, Prerna Lal recibió una orden de presentarse a un tribunal de inmigración
Algo no concuerda entre la realidad que viven muchos jóvenes que se beneficiarían del DREAM Act y lo dicho por el presidente Obama en esa entrevista con Univisión: “No estamos persiguiendo a estudiantes. Eso es completamente falso”.
Igual suerte corren otros jóvenes aunque Obama dice que apoya el DREAM Act, pero que mediante una orden ejecutiva no puede ignorar las leyes fijadas por el Congreso sobre deportaciones y otros aspectos migratorios, comenta el diario La Opinión de California.
Para expertos y activistas el mandatario puede usar su criterio para conceder alivio administrativo en ciertos casos específicos y bajo ciertas circunstancias. Que no lo haga es otra cosa, lamentan.
Recientemente la propia secretaria del Departamento de Seguridad Interna (DHS), Janet Napolitano, aseguró que la administración Obama empleó su discreción administrativa para diferir deportaciones menos veces que el ex presidente republicano George W. Bush.
Según informes de prensa, esta funcionaria implantó dos récords: deportó más inmigrantes que en la administración Bush y proveyó alivio en menos casos que en el mandato anterior.
La iniciativa conocida como DREAM Act fue bloqueada por los republicanos en el Congreso pese a ser selectiva al solo beneficiar a una pequeña parte de jóvenes inmigrantes que trabajen duro, aspiren asistir a la universidad o a servir en el ejército estadounidense.
Se anticipan intentos legislativos de promover otra vez el proyecto cuyas posibilidades de avance son inciertas, sobre todo en la Cámara Baja dominada por una mayoría republicana.
Pese a sus promesas en declaraciones a la televisora en español, a la cual dijo que “es lo correcto y seguiré trabajando hasta que lo consiga”, algunos opinan que Obama debe ponerle más “corazón y empeño” al asunto.
Pero, mientras eso sucede, podría proveer algún alivio administrativo a estos jóvenes, aunque él asegure que carece de muchas opciones.
Por el esperan jóvenes como Lal, llegada a Estados Unidos desde Fiji, con una abuela ciudadana y una madre residente permanente que deja la vida en dos trabajos para mantenerla y pagar sus estudios.
Lal es uno de esos estudiantes indocumentados traídos al país por sus familias cuando eran niños y que ahora enfrentan órdenes de presentarse a un tribunal de inmigración.
“Creo que recibir esta orden muestra la hipocresía de este gobierno. En privado, Obama y Napolitano nos dicen que no deportarán a los “dreamers” si hacemos bastante ruido. Pero están enviando NTA (órdenes de aparecer en corte para deportación) como la que yo recibí”, declaró Lal a medios de prensa.
La joven, de 26 años, es estudiante de leyes en la Universidad Georgetown de Washington y cofundadora del sitio web dreamactivist.org.
Ella es originaria de las Islas Fiji y hace 12 años vino a este país con una visa junto con su padre.
Su abuela, ciudadana estadounidense, ahora con más de 80 años de edad, pidió a los padres y a ella por medio de una solicitud familiar, pero tardó tanto en procesarse que, en el camino, Prerna cumplió 21 años y ya no podía calificar como beneficiaria derivada menor de edad.
Pese a que el gobierno ya no apoya la idea de conferir esos beneficios de acciones diferidas, luego que estos casos se volvieron políticamente complicados y se les acusó de estar “haciendo amnistía por la puerta de atrás”, Lal y los que la apoyan esperan que el sueño se haga realidad.
Hacer campaña y ganar visibilidad para que la administración Obama confiera una de las pocas “acciones diferidas” que han permitido a varios “dreamers” permanecer en el país, es una de las pocas alternativas.
Recientemente 21 senadores demócratas y un independiente enviaron a Obama una carta pidiéndole considerar el uso de esta herramienta para permitir la estadía de estos jóvenes.
“Ofrecer acción diferida en estos casos es un uso responsable de recursos”, manifestaron los senadores en la carta donde piden al presidente que considere utilizar criterios estrictos pero generosos para otorgar estadía a jóvenes que hubieran calificado para el DREAM Act.
Mientras esto acontece a diario en Estados Unidos, muchos de los que votaron por Obama en 2008 le piden tenga más “corazón” para resolver el estira y encoge del tema migratorio.
(*) El autor es periodista de la Redacción Norteamérica de Prensa Latina.
rr/lb
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