The United States, Venezuela and Mexico Have the Potential to Generate Major Changes
In this coming year, the American continent will witness the renewal of political power in three countries with high economic and geopolitical importance. During most of 2012, in the U.S., Mexico and Venezuela there will be ballots that imply crucial decisions about the social and ideological course of those societies.
The intense season of proselytizing starts today with the Republican primary elections in the state of Iowa. As usual in the struggle toward the White House, the elections to nominate a presidential candidate from each party take place in each of the 50 states until mid-June. Because the Democrats won the presidency four years ago with Barack Obama, this time, only the opposition candidates will compete to try and gain the highest number of delegates.
Although today's ballot only decided 28 out of the 2,286 delegates, its importance lies in the fact that it is the first one to take place and allows for the strengthening, resurgence or rebirth of the different primary candidates. With a high unemployment rate and a 47 percent disapproval rating of the current president, the Republicans have the option of selecting a candidate able to generate confidence on the economic front and thus overthrow Obama next November. The person with such qualities is former governor Mitt Romney, who leads the polls despite being criticized for his moderate and accommodating positions.
While the American conservatives keep on voting on a state-by-state basis, another opposition bloc will be summoned to the polls on Feb. 12. This will be in the primary elections of the Venezuelan party, Coalition for Democratic Unity, which will choose a candidate to face Hugo Chavez next October. Surveys have shown that the one favored by anti-Chavez forces is Governor Henrique Capriles.
Even though the leader's illness has generated sympathy for him, his health, the rising inflation, insecurity and stock shortage problems have turned Chavez, for the first time in a long while, into a defeatable politician. The winner of the opposition ballot will have to undergo the difficult task of resisting political attacks from the powerful government apparatus of the Miraflores Palace. He will also face bulky expenses and battle against social handouts used arouse popular support and generate fear of regime change amongst the poor.
Rather than thinking about a re-election, Mexicans will vote in July with the violence of organized crime on their minds. Felipe Calderon's term has been characterized by its war against drug trafficking. There are two names on the table already, left-wing Andres Lopez Obrador and centrist Enrique Peña Nieto. In the internal elections of the ruling party, the National Action Party, Josefina Vasquez Mota stands out. The polls today showed a comeback of the formerly powerful party, the Institutional Revolutionary Party, which could carry Peña all the way to Mexico City's government palace.
By the end of 2012, there may be more than just a change in the leaders of these three nations. A win by the Institutional Revolutionary Party would mean a change in the focus of anti-drug policy. If Obama is to be defeated in November, the U.S. could enter a period of conservative measures to try to get out of this financial and job crisis. In the case of Venezuela, an opposition victory would mean the end of the Chavez era and the beginning of a new path. What the American, Mexican and Venezuelan votes will decide this year is no small matter.
En este año que comienza, el continente americano será el ámbito de la renovación del poder político en tres países con alta importancia económica y geoestratégica. Durante buena parte del 2012, en Estados Unidos, México y Venezuela habrá procesos electorales, que implican cruciales decisiones sobre el rumbo social e ideológico de esas sociedades.
La intensa temporada proselitista arranca hoy con las primarias republicanas en el estado norteamericano de Iowa. Como es tradicional en la carrera hacia la Casa Blanca, los comicios para nominar el candidato presidencial de cada partido se celebran en cada uno de los 50 estados hasta mediados de junio. Como los demócratas ganaron la presidencia hace cuatro años con Barack Obama, esta vez únicamente los aspirantes opositores competirán por conseguir el mayor número de delegados.
A pesar de que la votación de hoy escoge solo 28 de los 2.286 delegados, su importancia radica en que es la primera en celebrarse y permite la consolidación, el surgimiento o el renacimiento de los distintos precandidatos. Con un alto desempleo y con el 47 por ciento de desaprobación de la gestión del actual mandatario, los republicanos tienen la opción de escoger un aspirante capaz de generar confianza en el frente económico y así derrotar a Obama en noviembre próximo. El nombre con esas credenciales es el del ex gobernador Mitt Romney, quien encabeza las encuestas, si bien es criticado por sus posturas moderadas y acomodaticias.
Mientras los conservadores estadounidenses siguen votando estado por estado, otro bloque opositor será convocado a las urnas este 12 de febrero. Se trata de las primarias de la Mesa de la Unidad Democrática venezolana, en las que se escogerá el candidato para enfrentar al presidente Hugo Chávez en octubre. Los sondeos muestran que el beneficiado de este esfuerzo de unión de las fuerzas antichavistas sería el gobernador Henrique Capriles.
Si bien la enfermedad del mandatario le ha generado simpatías, su estado de salud y los crecientes problemas de inflación, inseguridad y desabastecimiento lo han convertido por primera vez en mucho tiempo en un político derrotable en una elección. El ganador de la consulta opositora tendrá la dura tarea de resistir los embates políticos del poderoso aparato gubernamental del palacio de Miraflores. Asimismo, enfrentar una abultada y generosa chequera estatal, que usará las dádivas sociales para acrecentar el respaldo popular y despertar temor entre los más pobres por un cambio de régimen.
Más que con una reelección, los mexicanos votarán en julio de este año con la violencia del crimen organizado en su cabeza. El mandato del presidente Felipe Calderón ha sido marcado por la guerra contra los carteles del narcotráfico. Dos nombres ya están en la palestra: el del izquierdista Andrés López Obrador y el del centrista Enrique Peña Nieto. En las internas del oficialista PAN despunta Josefina Vásquez Mota. Las encuestas pronostican hoy un regreso del otrora todopoderoso PRI de la mano de Peña al palacio de gobierno de Ciudad de México.
Al finalizar el 2012, no solo los rostros podrían cambiar en las casas presidenciales de estas tres naciones. Un triunfo priista significaría seguramente un cambio en el enfoque de la política antidrogas. Si Obama es derrotado en noviembre, Estados Unidos entraría a una etapa de uso de herramientas conservadoras para salir de la crisis económica y de empleo. Y en el caso de Venezuela, una victoria opositora implicaría el fin de la era chavista y el inicio de un nuevo camino. Lo que los votos de estadounidenses, mexicanos y venezolanos decidirán este año no es poca cosa.
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