An Unequal Fight

<--

El narcotráfico sigue dominando la agenda nacional y centroamericana y continúa gravitando en las relaciones entre la región y Estados Unidos.

En el ámbito nacional vemos de todo. Hay para todos los gustos. Unos proponen emitir leyes, otros incorporar a los militares en la lucha y los más radicales ametrallar las avionetas sospechosas, entre otras cosas.

En el ámbito regional, se propone la despenalización de la droga y por su causa se frustra una cumbre de presidentes en Guatemala, con el consiguiente relicario de excusas por parte de quienes no fueron, acusados de boicotearla. En su defensa los ausentes alegan que no se debe a un compromiso con Estados Unidos.

Estados Unidos, por su parte, manda su vicepresidente a reunirse con SICA y el zar antidrogas de este país llega a Honduras a suscribir un convenio de cooperación de dos millones de dólares para luchar contra el narcotráfico, que unido a otras actividades del crimen organizado, genera ganancias estimadas en 500 mil millones de dólares en todo el mundo y en Centroamérica mueve aproximadamente 14 mil millones anualmente. Es decir, como que se entregue a una persona común una vara de guayabo para que se defienda del soldado, experto y curtido en batallas, que la amenaza con eliminarla con una AK – 47.

Según informes de Estados Unidos, por Centroamérica pasa aproximadamente el 90% de la droga que llega a ese país y el nuestro está señalado como uno entre tantos, incluido el Vaticano, que lava dinero sucio.

Las actividades financieras, de construcción, de turismo y hasta de entretenimiento, como los conciertos musicales, se cuentan entre las más usadas para lavar dinero proveniente del crimen organizado.

A todo lo anterior, sume usted amable lector, la infiltración del crimen organizado en las instituciones del Estado, en el sistema judicial y en las instituciones políticas. Nadie sabe cual es la magnitud de esa infiltración, pero se teme que alcance niveles alarmantes.

Agregue a lo anterior, la disminución de nuestra producción y de nuestras exportaciones, la ausencia de dólares (por orden oficial, los bancos están restringiendo su adquisición o el retiro de las cuentas en dólares), el déficit fiscal provocado por el despilfarro desbocado y por la extremadamente baja recaudación fiscal. También la irresponsabilidad de algunos malos empresarios que por décadas solo pérdidas reportan y agregan a los gastos de sus empresas los de su consumo doméstico, incluidos los de salud, educación de sus hijos y los cotidianos del hogar. Y las agresiones, cada vez más subidas de tono, del gobierno contra los inversionistas.

Concluya, finalmente, con la insoportable inseguridad que vivimos en todo el país, que desanima al inversionista extranjero y nacional, obligándolo a analizar sobre la pertinencia de seguir en el país y nos tiene de correr a todos, junto con la extrema pobreza, el desempleo y nuestras incontables carencias en el ámbito de la salud, educación, etc.

En estas condiciones, no existe duda alguna que somos presa fácil de la transnacional de la droga, que viene a potenciar exponencialmente las demás actividades del crimen organizado.

Imposible que solos y con nuestros propios recursos podamos hacerle frente a ese monstruo de mil cabezas. Si no nos organizamos regionalmente y Estados Unidos sigue con su tacañería en la cooperación, nuestro destino está marcado.

About this publication