Mexico-US: And the Intelligence?

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Estados Unidos incluyó ayer a dos hijos del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán en la “lista negra” del Departamento del Tesoro de ese país. La acción implica prohibir a toda persona o empresa en Estados Unidos que realice negocios con los sujetos señalados, además de la congelación de los bienes de los acusados.

La Oficina de Control de Bienes Extranjeros del vecino país ubica a Iván Archivaldo Guzmán Salazar y a Ovidio Guzmán López como miembros activos “en la red de narcotráfico de su padre y el cártel de Sinaloa”. Se trata de un señalamiento que si bien podría parecer obvio no lo es en términos jurídicos. Esto significa que Estados Unidos cuenta con información suficiente, desde su punto de vista, para juzgar a los Guzmán como no lo pudo hacer México hace cuatro años.

Cabe recordar que Archivaldo Guzmán ya había sido detenido en este país por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita; sin embargo, un tribunal federal lo absolvió al considerar que no había pruebas en su contra más allá de su parentesco.

Una vez más, desde Estados Unidos se inicia un procedimiento contra personajes o entidades que en México permanecen indemnes. ¿Por qué aquí no se pudo probar? Más allá de las diferencias obvias entre las capacidades de investigación de uno y otro país —pero también de calidad en el sistema judicial— queda claro que hace falta una mejor coordinación entre las autoridades de ambos países.

De haber realizado de manera conjunta este expediente, por ejemplo, quizá hoy los personajes citados habrían ya sido juzgados con todos los elementos que tanto EU como México pudieron haber aportado. Posiblemente la distancia radica en la tradicional desconfianza estadounidense hacia las autoridades mexicanas. No han aprendido la lección de cuando hacen tareas por su cuenta como fue el caso del fallido operativo de tráfico de armas “Rápido y Furioso”. Por algo Bill Clinton reiteró ayer que Estados Unidos no tiene alternativa más que aliarse con México en materia de seguridad.

A través de labores de inteligencia conjunta es como se afectaría de forma más contundente al crimen organizado, sobre todo porque es la vía para atajar el lavado de dinero, el “sistema circulatorio” de las organizaciones criminales. Actuar sin inteligencia es dar palos de ciego.

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